LONDRES. Al menos ocho personas, incluido un guardia de seguridad, perdieron la vida hoy en un ataque perpetrado contra la oficina del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en la ciudad de Jalalabad, en el noreste de Afganistán.
La policía afgana informó que la acometida comenzó la tarde de este miércoles con un ataque suicida frente a la oficina del CICR en Jalalabad, en la provincia de Nangarhar, y tras la explosión se produjo un tiroteo.
Las fuerzas de seguridad se enfrentaron con otros dos atacantes que corrieron hacia el interior del inmueble después del estallido, que rompió los vidrios de los edificios aledaños, de acuerdo con despachos de la agencia afgana de noticias Pajhwok.
El gobierno provincial confirmó el ataque contra la sede de la organización humanitaria, así como el deceso de ocho personas.
Una parte del edificio fue consumido por el fuego, pero las fuerzas de seguridad rescataron sanos y salvos a siete extranjeros que forman parte del personal del CICR, con excepción de uno de ellos que sufrió lesiones menores.
Esta es la segunda vez en menos de una semana en la que los trabajadores humanitarios internacionales se han visto afectados por la violencia en Afganistán.
El pasado viernes, varios miembros del personal de la Organización Internacional para las Migraciones resultaron heridos en un atentado en Kabul, la capital de ese país.
Además, el ataque de este miércoles se produjo horas después de que las fuerzas de seguridad del país anunciaron haber frustrado un atentado que sería perpetrado por siete suicidas contra la oficina del gobierno de la provincia de Panjshir.
Alrededor de mil 800 voluntarios trabajan sobre proyectos que el CICR ofrece en Afganistán, como la entrega de piernas ortopédicas para las personas heridas en la violencia que afecta al país, o visitando a los reclusos en las diferentes cárceles.