La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, relevó hoy de manera sorpresiva a su gabinete de seguridad en pleno año electoral y luego de denuncias sobre supuestas infiltraciones de espías iraníes.

 

El gobierno anunció que Arturo Puricelli, ministro de Defensa, sustituirá en el ministerio de Seguridad a Nilda Garré, quien, a su vez, será enviada como embajadora ante la Organización de Estados Americanos (OEA).

 

Además, el cargo de Puricelli será ocupado por el líder de la bancada oficialista en la Cámara de Diputados, Agustín Rossi, quien asciende así al primer plano del gabinete de Fernández.

 

Las designaciones se dieron a conocer por la noche, en medio de la polémica que desataron las denuncias de un fiscal sobre la presencia de espías iraníes en Sudamérica para planear atentados en la región.

 

Sin embargo, fuentes del gobierno descartaron que éste sea uno de los motivos de los cambios, y aseguraron que más responden a dar “un aire” al gabinete a cuatro meses de las elecciones legislativas de octubre próximo.

 

Poco antes de que se confirmaran la modificación del gabinete, la presidenta había emitido un duro discurso en contra de los “dirigentes que miran para otro lado” y son protegidos mediáticamente.

 

“Cuando no tocás los intereses de las corporaciones, te cuidan”, afirmó la mandataria.

 

Agregó que está “cansada de que algunos se hagan los idiotas o me tomen a mí por idiota. Porque siempre he actuado de muy buena fe? no crean que soy estúpida”.

 

Por el contrario, dijo, hay líderes políticos “que siempre se borran, no dan la cara y dicen que todo es lindo y todo está bien”.

 

Fernández advirtió que “siempre es más fácil y más cómodo decir palabras de ocasión, quedar bien con todos y tener un millón de amigos”, pero eso ella no lo va a hacer.