CARACAS. El presidente venezolano, Nicolás Maduro, denunció hoy «una operación psicológica dirigida desde Bogotá para dividir» a las fuerzas revolucionarias y destruir moralmente a sus líderes, entre ellos el jefe del Parlamento, el oficialista Diosdado Cabello.
La «operación psicológica dirigida desde Bogotá para dividir» a los chavistas está «dirigida por perversas mentes dedicadas a la guerra sucia», afirmó Maduro en un discurso ante tropas del Ejército en el que no señaló a ninguna persona en específico.
Esa «campaña sucia», busca, entre otros, la «destrucción moral de hombres como Diosdado Cabello» y de otros integrantes «del alto mando de la revolución» bolivariana que instauró el fallecido gobernante Hugo Chávez (1954-2013), afirmó Maduro.
Cabello fue señalado como el supuesto líder de una intrincada trama de corrupción gubernamental en una conversación telefónica, divulgada el 20 de mayo por la oposición, atribuida al comentarista chavista Mario Silva y un supuesto jefe de la inteligencia cubana identificado como Aramis Palacio.
Silva, conductor del programa de opinión La Hojilla, que transmitía la estatal VTV pero fue sacado días después de la divulgación del audio, afirmó que la polémica conversación es un montaje del Mossad israelí y la CIA estadounidense.
Cabello fue el primero en reaccionar ayer a una reunión privada en Bogotá entre el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, y el líder opositor venezolano Henrique Capriles, que el diputado chavista tildó como una «agresión» a Venezuela y una «bomba» a las «buenas» relaciones entre los dos países.
«Alerta compañeros de las fuerzas armadas» ante la «campaña de chismes (…) es tiempo de estar más unidos», expresó este jueves Maduro, que incluyó entre los conspiradores contra Venezuela a «la oligarquía» que «se arrodilla y va a ofrecerse al mundo para entregarse a los peores intereses».
Maduro insistió en que las fuerzas revolucionarias deben estar atentas para «neutralizar, denunciar, desnudar y derrotar a la derecha fascista, la burguesía amarilla y a sus aliados de Miami, de Washington o de Bogotá, donde estén».
El pasado 6 de abril, Maduro denunció que había un complot de la «derecha salvadoreña», atizada por dos exembajadores estadunidenses en Caracas, que habían enviado a un grupo de sicarios para asesinarlo a él.
Después, a principios de mayo, el sucesor del fallecido Hugo Chávez denunció que otro complot para asesinarlo era encabezado por el expresidente de Colombia, Álvaro Uribe.
Hace dos días, el presidente venezolano acusó al canal de noticias CNN de promover un golpe de Estado contra el gobierno venezolano y buscar la desestabilización del país.