Dios hizo el universo y todas sus criaturas pero se- guramente estaría orgulloso de una de sus máximas creaciones: el Lamborghini Egoista.
Bajo la dirección del inmortal Walter Da Silva, andamás de diseño del Grupo Volkswagen, este automóvil conmemorativo por los 50 años de la firma italiana, ahora perteneciente a la firma teutona, fue creado por la inspiración de Alessandro Dambrosio para el exterior y Stefan Sielaff para el interior.
Un auto concepto debe combinar varios elementos. Tecnología, innovación y la visión a futuro de la marca en términos de diseño son parte de los ingredientes necesarios para la creación de un vehículo de esta naturaleza.
Un poco de historia
Hablar de esta firma es invocar el espíritu rebelde y creador de su fundador Ferrucio Lamborghini (1916-1993). La leyenda cuenta que todo parte de su descontento con el Ferrari 250 GT que usaba como vehículo personal.
Tras una infructuosa reparación del clutch, Ferrucio decidió acudir a la fábrica de Ferrari personalmente para reclamarle al mismísimo Enzo Ferrari, el cual le contestó que ‘’solo era un mero ciudadanito de a pie sin ningún conocimiento sobre autos deportivos pura sangre’’.
Tres años más tarde Lamborghini consigue su propósito de competirle a Ferrari con el desarrollo de automóvil llamado Miura: un V12 de innovadora belleza y velocidad descomunal.
Todos sabemos que la ambición es un arma de doble filo, y por ello, no contento con saciar su sueño, Ferrucio decide crear el mejor deportivo de todos los tiempos. Un coche que cortara la respiración y para el cual no existieran calificativos: el Countach, que curiosamente en italiano piamontés significa increíble.
“Quiero un coche sin vicios y así será.” (Ferrucio Lamborghini)
Sin más dilaciones el equipo técnico, a las órdenes de Paolo Stanzani (ex jefe mecánico de Maserati Competizione), se puso manos a la obra con el objetivo de colmar las ambiciones del ‘’jefe’’.
El diseño se encargó al estudio de Nuccio Bertone, que casualmente acababa de contratar a un joven diseñador con futuro llamado Marcello Gandini (creador de joyas como el Miura, el Uraco, el Countach, el Diablo, el Lancia Stratos y el Cizeta Moroder entre otros).
El “mago” Gandini salió el prototipo nombrado “LP 500”, que sería presentado (sin motor) en el salón de Ginebra de 1971, acaparando la atención de la prensa mundial.
Se puede apreciar una leve influencia del prototipo de Bertone para Alfa Romeo, el Carabo, aunque por fortuna, el Countach, llega mucho más lejos y es sin duda mucho más atractivo.
Gandini gozaba de la confianza de su jefe Lamborghini y además este le dio autorización para utilizar su imaginación sin límites anteponiendo un diseño único y aerodinámico a otros muchos factores.
Dada la ‘’inexperiencia’’ de Gandini, el Jefe de Pruebas, Bob Wallace, se permitió el lujo de añadir una toma de aire por aquí y otra por allá aunque manteniéndose siempre fiel al diseño original.
De nuevo el prototipo fue presentado en el Salón de Ginebra de 1973, abriendo las puertas de la cadena de montaje, mostrándose así el primer modelo construido en el Salón de Ginebra del año siguiente (1974): el Lamborghini Countach LP 400 (la nomenclatura cambia pues la cilindrada final es de 4 litros y no de 5).
En abril de ese mismo año, un afortunado anónimo habitante de Milán recibía las llaves de la primera unidad vendida (primera entrega de los 50 pedidos existentes desde 1973).
En 1960, Ferruccio Lamborghini era el tercer industrial italiano de maquinaria agrícola.
Vitivinicultor y bodeguero, gran gustádor del vino y de la vida, tenía entonces – según declaró después – cuatro Ferraris.
“Solo me creaban problemas” -aseguró-; un día, ya harto de mandarlos al taller llamé a Enzo para decirle que sus coches eran pura basura.
Y me contestó que “un fabricante de tractores no podía entender sus coches”.
Poniendo manos a la obra y comprando un taller cerca de Modena, la casa matriz de Ferrari, en 1963 decide trabajar en el prototipo del “antiFerrari”. “Adoro la lidia y al toro de Miura. Es un animal muy noble y muy difícil de vencer” y de ahí nace que los Lamborghinis estén asociados a nombres de toros de lidia.
El Egoista
El futurismo e imponente diseño de este automóvil conmemorativo cierra las celebraciones por los 50 años de firma de aquél sencillo fabricante de tractores.
El Egoista es un monoplaza de conducción central inspirado por el helicóptero de combate Apache y equipado con un V10 de 5,2 litros también de posición central para darle perfectas proporciones.
Es una derivación de la plataforma del Gallardo y desde nuestro punto de vista, si bien puede parecer exagerado, bien puede determinar el rumbo de muchos automóviles hacia el futuro.
Este automóvil fantástico, bien podría haber sido visto por el autor J.J. Benitez en sus viajes a través del tiempo en su caballo de Troya.
Simplemente es maravilloso.