La Oficina Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés) solicitó a las autoridades mexicanas su colaboración para dar con los responsables del secuestro del agente especial, Armando Torres III, quien desapareció junto con su padre y tío el 14 de mayo en la comunidad La Barranca, en Tamaulipas.

 

A través de un comunicado, que publica en su sitio (http://www.fbi.gov), se dio a conocer que el militar estadunidense cruzó el pasado 14 de mayo el Puente Internacional de Progreso, Texas, hacia al rancho de su padre en Tamaulipas.

 

Hombres fuertemente armados entraron a la finca y se llevaron al marine junto con su padre, Armando Torres II, y su tío, Salvador Torres (ambos mexicanos).

 

El FBI también solicitó la colaboración de los ciudadanos mexicanos para localizar a las personas secuestradas por el comando.

 

De acuerdo con el reporte del FBI, Torres es un veterano del Cuerpo de la Marina de Estados Unidos y forma parte de la reserva militar.

 

Por “secuestro internacional”, se abrió una investigación para dar con el paradero del marine privado de su libertad en Tamaulipas.

 

En tanto, la Procuraduría General de Justicia de Tamaulipas, a través de la Policía Ministerial, inició investigaciones que incluyeron una visita al rancho La Barranca, ubicado cerca del puente internacional Los Indios, de Matamoros, y donde vivía el papá del marine. Ahí realizaron entrevistas con personas allegadas a la familia Torres.

 

Los secuestros y las desapariciones se mantienen como el principal delito en Tamaulipas.

 

De hecho, este estado encabeza la mayor incidencia de secuestros en el país, según estadísticas del  Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, pues se duplicó el número de  casos, al pasar de 24 entre enero y marzo del año pasado a 42 en el mismo periodo de 2013.

 

Esta última cifra representa 11% del total de  los secuestros que se perpetraron en el país.

 

El rancho, el móvil

 

Según las investigaciones, hace dos años, Armando Torres, padre de Armando Torres II y abuelo de Armando Torres III, vendió parte de su rancho a una persona, actualmente recluida en Estados Unidos.

 

Al morir Armando Torres, Armando Torres II y su hermano Salvador Torres decidieron desconocer el trato comercial, incluyendo el dinero que en dos años el hoy detenido aportó por concepto del predio.

 

Lo anterior, según las indagatorias, habría originado un problema por dicho terreno.