¿Cuántos años dura una estación de radio?

 

La pregunta inquieta a trabajadores, radioescuchas y directivos del medio masivo más cálido que existe. La preocupación es constante en México y todo el mundo.

 

La semana pasada, la estación Kerraang desapareció en su formato radiofónico para darle paso a su rival Planet Rock. La empresa dueña de Kerraang decidió que, por el momento, era más rentable poner al aire una estación dirigida a gente entre 18 y 34 años que una donde los pubertos escucharan a One Direction.

 

La estrategia de cambio de formatos a ido en forma creciente en últimos años. Estaciones como Horizonte en Santiago, Q101 en Chicago o RXP de Nueva York han cedido sus espacios a estaciones habladas o de corte country.

 

La explicación es sencilla: los adolescentes han dejado de ver a la radio tradicional como una puerta a la realidad. En años anteriores, los niños y pubertos comenzaban a conocer el mundo de forma íntima a través de la radio. La edad de la punzada se catapultaba en un estilo vibrante del locutor que, en su voz, coloreaba al mundo.

 

Y el color era la música. Primero ritmos pegajosos y luego multiplicidad de géneros que ubicaban al adolescente y adulto joven en un terreno seguro, de reconocimiento.

 

Ahora, diría Dylan, las cosas han cambiado.

 

Los teenagers han encontrado en internet su nuevo refugio. Sin esperar a escuchar su música por la rotación, con la inmediatez de Youtube o soundcloud, los jóvenes tienen las canciones de su gusto común click de escucha o compra. La exclusividad ha pasado a un nuevo significado.

 

De la misma forma, el discurso generacional saltó. Hay locutores a nivel mundial que no han logrado el paso entre una audiencia cautiva y otra activa. Ejemplo de ello es Chris Moyles, quien debió dejar su exitoso programa de Radio 1 de la BBC ante el interés del grupo por contenidos menos cáusticos.

 

El resultado ha sido agridulce. Radio 1 perdió, luego de décadas, el primer lugar de audiencia matutina ante Radio 2. Los riesgos aumentaron y la estación se convirtió en un referente más como las redes sociales o los blogs. Ya no en el referente obligado.

 

Por eso ¿Cuándo acaba una estación de radio?

 

Cuando se acaba el discurso.

 

Por ello, los programadores y directores de radio han entrado enuna nueva dinámica. Se ha comprobado que, aunque la música atrae, el discurso es lo que enamora.

 

Día con día, estaciones en todas partes del mundo buscan cambiar las frenéticas voces de sus locutores con comunicadores que tengan algo que decir, pulpa para la audiencia, ideas que sembrar por más mínimas que sean.

 

Ahora, lo exclusivo no es el estreno musical o la premier cinematográfica, sino la entrevista, el reporte, la cobertura. La radio musical cada día en acercamiento más cercano a la radio noticiosa. Eso sí, sin el acartonamiento de la misma.

 

Raúl David Vázquez “Rulo” hace entrevistas exclusivas. Ibero estrena programa híbrido en la mañana. RMX impulsa a Coup D’Etat.

 

Eso, sin contar los esfuerzos que se hacen en internet por estaciones virtuales como Cerebro FM o Rock 101 que buscan. Como sea, subsistir entre los cambios de ánimo de los escuchas que, día a día, cambian de parecer.

 

La debacle radiofónica ha pegado duro en este formato. El 17 por ciento de la audiencia juvenil inglesa ha partido. En México, ante el atraso de internet y la mala calidad de la banda ancha, los datos son más benévolos.

 

Pero la preocupación sigue, lo cual es benéfico. Entre mejor contenido exista, mayor  beneficio social.

 

Como para que Elvis Costello cante Radio Radio.