Las autoridades de la UNAM confirmaron que el monto de los daños y del saqueo a la torre de Rectoría durante los 12 días en que estuvo tomada por un grupo de encapuchados estará reservado debido a que la información forma parte de la averiguación iniciada en contra de ese grupo.
En una publicación que da cuenta de los hechos ocurridos previos y posteriores a la toma de la rectoría, la propia Universidad refiere que “se terminó de cotejar los inventarios y se ha determinado la cuantía de los daños”.
Consultadas a más de un mes de que fueron desalojadas las oficinas centrales de la universidad, las autoridades justificaron que el monto forma parte de la averiguación previa contra los implicados en la toma del inmueble.
El 19 de abril un grupo de encapuchados arribó a la Rectoría tras finalizar la marcha convocada para conmemorar el inicio de la huelga de 1999, e irrumpió en el inmueble después de romper uno de los vidrios blindados del vestíbulo.
Tras los hechos, la Universidad presentó ante la Procuraduría General de la República (PGR) una denuncia penal por daños en propiedad ajena, misma que amplió y ratificó el 24 de abril por la posible sustracción de bienes, con lo que se inició la averiguación previa correspondiente.
El 1 de mayo, pasadas las 8:00 de la mañana, los inconformes desalojaron la torre de Rectoría luego de que la noche anterior el abogado General de la UNAM les entregó una notificación en la cual la UNAM ofreció instalar una mesa de diálogo.
Ese día, personal de protección civil y autoridades de la UNAM entraron al inmueble para comenzar con el inventario. Al día siguiente, 24 HORAS registró que los encapuchados lograron ingresar hasta el piso seis de la torre, donde se encuentra la oficina del rector, incluso pudieron penetrar al despacho que tiene puerta blindada.
Tras la liberación del inmueble, Renato Dávalos, en aquel momento director de Información de la UNAM y hoy director de Comunicación Social, comentó que el inventario se finalizaría en “unas semanas” y que al tener el monto de los daños se les daría a conocer a los medios de comunicación, lo que al momento no ha ocurrido.
“Al recuperar las instalaciones, quedaron evidenciados los actos desmedidos de violencia, de saqueo y de conductas vulgares y soeces en contra del patrimonio universitario y del patrimonio personal de trabajadores en diversos pisos de la Rectoría”, señala la memoria publicada por la Universidad.
El monto de los daños puede incidir el grado de responsabilidad y la pena que les pueda dar a los implicados en el plantón de la Rectoría, de acuerdo con la ley.