VILLAHERMOSA, Tab.- Hace casi siete años, tenía 39 años de edad, José Manuel Sáiz Pineda era un exitoso consultor fiscal-contable de los principales hombres de dinero de Tabasco, a quienes prestaba servicios a través de outsourcing. Los políticos lo consideraban aquí un mago de las finanzas.
Era vox populi en la clase empresarial local que Pepe Sáiz, como era más conocido en la sociedad tabasqueña, era un eficiente asesor fiscal a través de las empresas Patrimonium Asesores Fiscales, Consultores Jurídicos y Fiscales de México, S.C.T., y Profesionales en Consultoría Fiscal y Patrimonial.
Pepe Sáiz egresó en 1980 de la licenciatura en Contaduría Pública de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT), para luego estudiar una Maestría en Impuesto en el Instituto de Especialización para Ejecutivos en Mérida, Yucatán.
En su oficina ubicada en la calle Andrés Sánchez Magallanes 1113 también impartía cursos de actualización contable y fiscal a través de una filial del Instituto de Especialización para Ejecutivos.
El prestigio que obtuvo Pepe Sáiz como asesor fiscal-contable lo llevó a prestar servicios de esa naturaleza a empresarios del sureste, principalmente de Mérida, donde presuntamente tenía como socio a Martín Alberto Medina Sonda, quien fue conocido públicamente por el decomiso de 8 millones de pesos que hicieron en noviembre de 2007 autoridades de la PGR y el Ejército en el aeropuerto meridano de “Manuel Crescencio Rejón”.
A partir de este decomiso de recursos financieros, cuando más de un millón de tabasqueños perdieron su patrimonio por las inundaciones del 29 de octubre de 2007, Pepe Sáiz siempre fue señalado por la oposición, constructores, empresarios y alcaldes del PRI, PAN y PRD como un “mago” de las finanzas públicas.
Pepe Sáiz abandonó la comodidad de su oficina y dilapidó su prestigio profesional para integrarse como Secretario de Administración y Finanzas del gobierno de Andrés Granier Melo por recomendación de su tío Carlos Alberto Pineda Calcáneo, compadre del gobernador y entonces director del Diario Presente.
A partir de enero de 2007 que comenzó la administración granierista, la clase gobernante comentaba que el verdadero secretario de Administración y Finanzas de Tabasco era Amílcar Sala Villanueva, otro compadre del gobernador Granier, a quien señalaban como el “Ministro sin cartera”.
Todos los Secretarios de la administración pública estatal, directores de organismos públicos centralizados y descentralizados, así como los 17 alcaldes del PRI, PAN y PRD, además del líder del Congreso del Estado y el presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado, acordaban con Amílcar Sala las asignaciones presupuestales.
Funcionarios estatales y los alcaldes del granierato comentaban al reportero que cuando Pepe Sáiz les informaba que no había dinero para cubrir los programas de gobierno estatal y municipal, acudían con el gobernador Granier, quien por la insistencia de solicitud de recursos financieros de los funcionarios los convocaba a reunirse con Amílcar Sala, ya fuera en Palacio de Gobierno, la Secretaría de Finanzas o la Quinta Grijalva, en donde despóticamente y con palabras altisonantes les expresaba: “A ver, ¿qué es lo que no entienden ustedes? ¿Que no comprenden lo que les dice Pepe Sáiz? Con un chingaos, NO HAY DINERO, NO HAY DINERO”. Les deletreaba a gritos las frases.
La crisis financiera del gobierno de Andrés Granier Melo se inició con la operación del programa “Te Da Más”, al que ocurrentemente Granier le asignó un presupuesto de mil 500 millones de pesos como apoyo a madres solteras, discapacitados y personas de la tercera edad.
El “Te Da Más” como no estaba presupuestado desequilibró las finanzas estatales, pero también fue un instrumento para que presuntamente Granier iniciara la desviación de los recursos públicos, según las denuncias que hacían los sectores vulnerables a los que no les llegaba el beneficio.
Para julio de 2007, Pepe Sáiz había implementado un programa de austeridad gubernamental y proponía el contrato de deuda pública por 4 mil millones de pesos, la cual no hallaba cómo justificar, hasta que en octubre de ese año se registró la peor inundación que haya sufrido Tabasco, la que según la Cepal dejó daños por más de 50 mil millones de pesos.
A partir de esta tragedia, Andrés Granier y sus compadres empezaron presuntamente a saquear a Tabasco