El Gobierno turco ha asegurado este viernes que no iniciará la urbanización del parque Gezi de Estambul hasta que los tribunales decidan si se paraliza la obra o no, y que ha iniciado ya una investigación sobre la violencia policial ejercida durante las más de dos semanas de manifestaciones y protestas.
Incluso si los jueces dan vía libre al proyecto que implica la destrucción del parque, el Ejecutivo planea convocar un referendo, aseguró Hüseyin Celik, portavoz del AKP, el partido en el Gobierno, tras una reunión nocturna con representantes de los manifestantes.
El resultado del encuentro con el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, satisfizo a los delegados de la red Solidaridad con Taksim, que representa a los ciudadanos acampados desde hace dos semanas en el parque Gezi, cerca de la plaza Taksim en Estambul.
En un breve comunicado, este colectivo dijo que Erdogan los había escuchado, asegurando que el parque no será tocado hasta la decisión judicial, que se convocaría un referendo y que ha comenzado una investigación sobre los responsables de los abusos en el uso de la violencia durante la represión de las protestas.
Respecto a si se levantará la acampada que ocupa el parque, la red anunció que hoy por la tarde se celebrará una asamblea y que serán los manifestantes quienes decidan si terminan las protestas.
“Reaccionaremos de forma positiva a esa actitud positiva (del Gobierno)”, aseguró la red tras la reunión, que terminó a las 03.00 de la madrugada local (0.00 GMT).
Los representantes de los manifestantes aseguraron, sin embargo, que “seguirán atentos a las promesas del primer ministro”.
El acto de esta tarde en el parque servirá también para conmemorar y mostrar el dolor por los cuatro (tres manifestantes y un agente) fallecidos durante las protestas.
En un encuentro con la prensa tras la reunión, Celik aseguró que Turquía es un Estado de Derecho y que es imposible que el Ejecutivo lleve a cabo un acto ilegal.
“Hay una decisión judicial, el Gobierno tiene que cumplirla”, dijo, e insistió en que el parque quedará intacto hasta que el tribunal decida sobre la orden de paralización que pesa sobre la obra.
Respecto a la represión de las manifestaciones, que ha dejado cuatro muertos y miles de heridos, el portavoz prometió que “si se demuestra que (agentes) han cometido crímenes, serán castigados como prevé la Ley”.
Celik insistió en pedir a los acampados que desalojen el parque y que acaben las protestas: “Me dirijo a los jóvenes que se han concentrado por el medio ambiente. Iros a casa a dormir en vuestras confortables camas”.
El anuncio del Gobierno llega después de que Erdogan volviera a amenazar ayer con disolver por la fuerza la acampada de Gezi, el parque cuya defensa ha evolucionado en una ola de protesta antigubernamental por todo el país, contra el estilo autoritario del jefe del Gobierno.
La noche transcurrió tranquila y en ambiente festivo, pese a la tensión que provocaron esas amenazas. Cientos de madres acudieron a Taksim a formar una cadena humana alrededor del parque para impedir una intervención policial.
Un piano instalado en la plaza permitió ofrecer un concierto hasta primeras horas de hoy, en el que se fueron sucediendo hasta cincuenta pianistas, rodeados de una multitud que coreaba temas populares como el “Let it be”, de The Beatles.
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