Costo y valor son conceptos capaces de llenar muchas horas de sesudas discusiones. Líderes individuales e instituciones parecen querer persuadir a la humanidad de que la felicidad no se compra, y que aquello que más disfrutamos no tiene precio. Aunque hay algunas evidencias con mayor contundencia que los discursos.

¿Te gusta degustar o mostrar tu “buen gusto”? Una parte del precio que pagamos por algo está ligada a las imágenes que proyecta. Con el inicio del tercer milenio, el vino aumentó y consolidó su prestigio como símbolo de estatus.

Hacia el año 2000, una cosecha reciente de un Premier Cru (la máxima categoría en la primera clasificación oficial de Burdeos) costaba alrededor de cien dólares. El año siguiente con el lanzamiento de la cosecha 2000 (venta en futuros), escandalizando a muchos por su precio, de 2.5 a 3 veces mayor.

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La cosecha 2003 (no tan grandiosa como se pretendía) reforzó la tendencia al alza, impulsada aún más por la excelente 2005 y rematada con el fabuloso par 2009 y 2010. Diez veces de aumento en diez años, nada mal para los negociantes e inversionistas.

La escalada de precios coincide con la irrupción de China y Rusia en la economía mundial. ¿Simples casualidades? ¿Está siendo el vino “apreciado” y “valorado” correctamente ahora?

¿Cuánto cuesta producir una botella de vino? La vid no requiere suelos agrícolas de alta calidad. Pero es obvio que la composición física y química del subsuelo constituye uno de los factores clave para marcar la calidad del vino. El precio de la tierra que ha mostrado mejores posibilidades para producir buen vino también se ha incrementado. Quienes no poseen viñedos y compran uvas han sufrido el aumento de precios.

Contratar enólogos o asesores de renombre mundial tiene un alto costo, al igual que los equipos e instalaciones. Una barrica de fino roble ronda los mil dólares. Y sin embargo, todavía es posible encontrar vinos importados que cuestan unos 50 pesos en el supermercado. Descontando las inversiones iniciales del productor y su amortización, los costos de la botella, tapón, etiqueta, transporte, impuestos y margen de ganancia para el importador, ¿cuánto costó el vino?

Yéndonos al nivel más alto de calidad, producir una botella de los mejores vinos, significa un costo inferior a cien dólares, incluyendo viñedos, bodega, trabajo y ganancia. ¿Cómo se explica entonces el enorme éxito de tantos vinos cuyos precios de venta son de mil dólares por botella?

Una palabra clave: exclusividad. Sabemos que en el mundo hay más de siete mil millones de individuos. Un gran vino con una producción de apenas diez mil botellas tendría una lista de espera de muuuuuchos años para que cada habitante pudiera probar tan sólo una copa. Salud,