Funcionarios de inteligencia de Estados Unidos aseguraron al Senado que los programas de espionaje electrónico y telefónico han permitido frustrar “docenas de planes terroristas” dentro del territorio estadounidense y en más de 20 países.
Según informó hoy el diario “The Wall Street Journal”, la oficina del Director Nacional de Inteligencia (DNI) proporcionó este fin de semana al Comité de Inteligencia del Senado un documento que amplía la información sobre los dos controvertidos programas de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA).
El documento no identifica cuáles son los 20 países en los que la vigilancia de la NSA ha sido crucial para disolver intentos de ataque, y cita sólo un caso, el del intento de atentado del afgano Nayibullah Zazi en el metro de Nueva York en septiembre de 2009.
La inteligencia de EU aseguró además que los registros telefónicos de estadounidenses que se recopilan gracias a acuerdos como el de Verizon, revelado recientemente por el diario británico “The Guardian”, sólo se revisan en un número limitado de casos.
En 2012, por ejemplo, se revisaron menos de 300 registros telefónicos de estadounidenses, algo que sólo se hizo en los casos en que esos datos estaban “asociados con organizaciones terroristas extranjeras específicas”, asegura el documento.
Además, la inteligencia estadounidense no recopila “ninguna información sobre la localización de los teléfonos móviles” , y toda la información recopilada se destruye cada 5 años, indica.
El documento explica también que todas las búsquedas en la base de datos se documentan y se auditan, y sólo un “pequeño número” de funcionarios pueden acceder a ella.
El objetivo del programa es “enfrentar la relación entre los esfuerzos terroristas domésticos y extranjeros que quedaron expuestos en los ataques del 11 de septiembre de 2001”, según la inteligencia estadounidense.
El programa de vigilancia de la NSA causó polémica después de que “The Guardian” revelara la existencia de una orden secreta de la Corte de la Ley de Vigilancia de la Inteligencia Extranjera (Fisa) que forzaba a Verizon a remitir a la agencia los registros diarios de millones de sus clientes, un acuerdo que también existe con otras dos grandes operadoras, AT&T y Sprint.