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Celebrar la figura paterna me despierta un sabor agridulce. Muchos han señalado ya cómo el Día de Padre huele a premio de consolación, ante un abrumador Día de las Madres (más significativo para los mexicanos). Algunas reflexiones:

1. Es común escuchar que un hombre dice a sus amigos, en broma, “felicítenme porque soy su padre.” También se usa esa expresión en forma agresiva, tratando de establecer jerarquía, dándole un significado de superioridad al uso de la palabra padre en forma ofensiva, al implicar lo que tuvo que ocurrir con la madre del otro.

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2. Es necesaria la figura del padre. No me refiero a un padre biológico, pues cualquiera puede serlo, sino a la labor de padre como uno de los pilares de la familia. Avances genéticos y sociales han hecho posible que el hombre resulte absolutamente superfluo en la reproducción: ¿Obsolescencia de los hombres? Es necesario que la figura del hombre sea revalidada por la forma en que contribuimos a la relación de pareja, a la formación de un hijo y por lo que hacemos por los demás.

paternidad_23. Celebremos el Día del Padre. Lo que se debe celebrar no es haber tenido un desempeño digno de aplausos en el acto de procreación –muchos no tendrían nada que celebrar–, sino haber tenido, de ser posible, un papel ejemplar durante los años que siguieron a ese acto, si trajo al mundo a alguien. El regalo es lo de menos.

4. Mi profesor de derecho civil decía que la paternidad es una cortesía de la mujer al hombre. Creo que esto no sólo se refiere a la certeza de quién es la madre de un niño (hasta la llegada de la genética se pudo saber quién es el padre), sino a la trascendencia del papel de la madre en los hijos y al reconocimiento de que ya muchos niños son criados de manera normal sin la presencia del padre.

5. Un padre contribuye en la seguridad y sentido de acoplamiento de los niños a su entorno social. Con el tiempo y la madurez es posible que la admiración al padre se disuelva para pasar a ser una relación, no de iguales, sino de mentoría y comunicación. La madurez, a veces, nos permite a los hijos entender mejor a nuestros padres. Los errores y carencias del padre (o de la madre, pues esto es aplicable a las madres, también) son una rica fuente de aprendizaje. Si los hijos se forman de forma normal habrán digerido qué corregir o qué faltó… Este es un proceso de prueba y error; nadie nace sabiendo cómo debe actuar al ser padre. Seamos el padre que nos hubiera gustado tener…

¡Feliz día del padre!