Doctor en Comunicación Empresarial e Institucional por la Universitat Jaume I y licenciado en Ciencias de la Información, con especialidad en Periodismo por la Universidad Politécnica de Valencia, dice en tono de broma que todo lo que un futuro padre “pueda imaginar, no tendrá nada que ver con la realidad que le tocará vivir” cuando los hijos llegan.
Publicado en España por Ediciones Ciencias Sociales, esta obra tuvo varias reediciones. Si bien es un libro dirigido a los hombres, su mayor número de lectores, como dice Fernández Beltrán, está en el segmento femenino. La razón de esto, apunta, puede deberse a que las mujeres siempre han sido más entusiastas de la lectura.
“Creo que el golpe más drástico que recibimos con la llegada de un hijo es la falta de sueño y la ruptura de los tiempos que hasta ese momento hemos establecido: las horas de trabajo, de lectura, de diversión. Pero estoy convencido que la mejor manera de resolver este conflicto es con el sentido del humor”, dice Fernández Beltrán.
Añade: “Es un libro que surge de las noches en vela luego de la llegada de Carlos, mi primer hijo. Comencé a hacer una serie de notas y apuntes que de algún modo también fueron una forma de liberación. No intenta ser una lista de fórmulas mágicas, porque en todo caso no existen, cada niño es diferente. Por eso incluyo unas páginas en blanco al final del libro, de manera que cada quien haga sus apreciaciones de cada situación que les toca vivir”.
TE CAMBIAN LA VIDA
Este libro plantea, según el autor, una necesaria reflexión sobre el papel que el hombre juega ahora en la crianza de un hijo. Se vive una situación nueva y hay un cambio drástico de tendencias; ahora el varón tiene una participación más activa y se ha dado un salto cualitativo en la figura del padre.
“A través de las generaciones, la mayoría de las mujeres han recibido información sobre el cuidado de los hijos, y de algún modo u otro se ha estimulado se sentido maternal. Hasta épocas no muy lejanas, los hombres teníamos que ir a la guerra y ocuparnos completamente de la manutención, lo que nos alejaba del hogar, dejando todo en manos de las mujeres.
“Sin embargo eso ha cambiado, pero a mí nadie me enseñó cómo ocuparme de un hijo. La mujer pide mayor participación, del mismo modo que el hombre tiene la voluntad de apoyar. Es una dinámica en dos sentidos. Creo que desde luego una de las situaciones más drásticas es la ruptura del sueño. Al inicio, con la lactancia, la mujer tiene mayor participación, pero no cabe duda que paulatinamente los desvelos son equitativos, e incluso mayores para el padre”, explica Fernández Beltrán.
SE ACABÓ EL MACHISMO
De acuerdo con las encuestas, precisa, los padres se ocupan preferentemente del baño, dejando tareas más engorrosas a la madre; sin embargo eso es relativo, ya que se terminó la época de los roles determinados y el reparto de actividades depende más bien de cada familia.
“Además no creo que precisamente el baño sea una tarea muy relajada. Me tardé varios meses en entender las preferencias de mi hijo en cuanto a la hora del baño y la temperatura del agua, por ejemplo”, indica.
El comentario más significativo en torno al libro, confiesa Fernández Beltrán, lo recibió de una compañera catedrática de la universidad, quien le dijo que su obra significaba una ruptura con el machismo ancestral, brindando el perfil de un libro de hombres escrito para hombres, y en el que además se defiende la participación de este sexo en la crianza familiar.
“Está claro que el primer año de vida del niño resulta fundamental en lo que será la convivencia con los padres. Pero está visto que los bebés, a diferencia de las lavadoras, vienen sin manual de instrucciones, y el título de padre se lo dan a cualquiera sin necesidad de pasar ni un minuto por ninguna escuela, con lo que un padre novato no tiene prácticamente ni idea de nada de lo relacionado con la cría y cuidado de un retoño de su propia especie.
Los nuevos padres, dice el autor, se lanzan a cambiar pañales, a preparar biberones y a atender las necesidades de sus bebés con las únicas guías de su intuición y de cuanto pueden copiar de las madres, auténticas expertas. Nadie les ha enseñado nada, nadie les ha preparado para el trabajo más importante de sus vidas: el de cuidar de sus pequeños.
“Pienso en padres no sólo no se acobardan ante un cambio de pañal, sino que en muchas ocasiones compiten con las madres por darle la papilla a sus hijos o por mecerlos ante un ataque de cólicos. La paternidad es, ante todo, una aventura personal en la que caben múltiples soluciones, y más cuando se trata de sobrevivir a un bebé de menos de un año”, resalta.