Dominaba ese estado anímico combinado de excitación, impaciencia y exaltación, ante la proximidad de una decisión bastante delicada. Corrían los primeros días de enero de 2012, cuando en un conocido corporativo enclavado en Polanco, crecía la tensión después de cinco meses de juntas y largas conversaciones telefónicas. El momento decisivo había llegado, para materializar una gran acción que impactaría en la empresa dirigida por el hijo de un símbolo del mundo de los negocios.

 

Los directores de Planeación, Xavier Cortés, que encabezaba la negociación (actual director de Finanzas); y de Innovación, José Antonio Barrera (hoy retirado), entraron a la oficina del director general, Pablo González Guajardo. Era un día frío de enero de 2012 y, para entonces, habían llegado al punto de definir los límites de una operación de compra que marcaría nuevos horizontes para el grupo empresarial que arrancó en México en las primeras décadas del siglo pasado.

 

Después de definir algunos detalles, Xavier Cortés tomó el teléfono y llamó a Nueva York. Del otro lado de la línea estaba un representante de Rothschild, la firma que asesoraba en asuntos financieros a los vendedores, el fondo de capital privado Weston Presidio, de Boston, Massachusetts.

 

Minutos más tarde, la noticia provocó que los cuerpos de los directivos mexicanos registraran un aumento en su temperatura, a pesar de que el entorno era nublado: su contraparte había aceptado las condiciones y con ello el conocido fabricante de artículos para la alimentación de bebés, Evenflo Company Inc., pasaba a manos de Kimberly Clark México (kcm). La Bolsa Mexicana de Valores fue notificada de esta operación el 18 de enero de 2012.

 

La transacción se cerró en poco más de 125 millones de dólares (mdd). Una operación pequeña para una compañía que factura
más de 2,280 mdd, y que también está muy lejos en cuanto a monto frente a otras operaciones que involucraron a empresas mexicanas del sector consumo. Pero, al interior de kcm, se trataba de una decisión bastante significativa, por muchas razones.
Evenflo era la respuesta largamente esperada a una inquietud permanente de consejeros e inversionistas de kcm: en qué negocios entrará la compañía para asegurarse buenas tasas de ganancias y dejar de depender de la venta en el mercado local de pañales, papel de baño, servilletas, toallas femeninas.

 

Evenflo, además, pone en evidencia la aspiración de kcm de aumentar su protagonismo en el ancho mundo de las empresas de productos de consumo, al tiempo que presume su visa para internacionalizar sus negocios. Bajo esas amarras, empieza a emerger un nuevo estilo en kcm. “Seguiremos buscando oportunidades porque queremos salir del país”, afirma en entrevista Pablo González Guajardo.

 

Evenflo, entonces, es el primer gran trofeo que Pablo González Guajardo lleva ante el Consejo de Administración de kcm, que preside su padre, el conocido y muy experimentado empresario Claudio X. González.