La salida de Andrés Manuel López Obrador le hizo un gran favor al Partido de la Revolución Democrática (PRD): le quitó las amarras de su radicalización y de su intransigencia y le permitió asumir la línea dialoguista con el gobierno y con las demás fuerzas políticas.
Lo dice Miguel Barbosa Huerta, coordinador parlamentario de esa organización en el Senado de la República y quien es el encargado de encabezar las votaciones para sacar adelante los acuerdos con Acción Nacional (PAN) y el gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) dentro del Pacto por México.
Celebra este paso y remarca en entrevista con 24 HORAS:
“Influyó mucho la salida de AMLO. Permitió que el partido asumiera una línea política que dialoga, acuerda, propone y no se margina.
Barbosa Huerta ha comenzado la entrevista con una postura afable, pero seria. Apenas saluda, escucha la primera pregunta y se sienta. Invita al reportero a ponerse cómodo y, con sus chocolates como testigos, corre el cuestionario.
¿AMLO le hacía más mal que bien al PRD?
Yo no me atrevería a decir eso, pero sí permitió que asumiéramos una línea política de la nueva izquierda que no se margina, porque sin duda esa es la percepción que queremos dar a la sociedad.
¿Pero la salida de AMLO cambió al PRD, ya no es el partido radical y de movimientos?
La salida de AMLO influyó mucho para asumir una nueva postura que dialoga, acuerda, propone y ya no se margina, de lo contrario caeríamos en el error que él ya no está, pero actuando como si todavía estuviera. La línea política de los legisladores perredistas es que sumen a esa nueva posición.
¿Entonces el PRD celebró su salida del partido?
Él tomó la decisión de ir a formar un partido. ¿Lo celebramos? No. Pero lo vimos como un asunto y una decisión en consecuencia de lo que planteaba con lo que sucedió. Que le vaya bien a Morena y a él, pero que le vaya mejor al PRD.
¿Ahora, qué imagen tiene el PRD hacia los ciudadanos?
“Nosotros estamos actuando con la convicción que la sociedad reclama a la política, que es dialogar, darle resultados, ya que ellos reclaman productos legislativos y es lo que estamos haciendo. Observa a una izquierda que se sienta a dialogar y no se radicaliza ni se margina. Trabajamos para generar una opinión pública favorable”.
¿Entonces no hay ningún tipo de crisis en el Sol Azteca?
El PRD es un organismo plural, es el partido de la izquierda más importante de México, recoge, desde su origen, planteamientos muy diversos que a veces lo hacen ver como partido en crisis pero no es así, pluralidad.
¿Habrá algo que modificarle al partido?
“Debemos modificar el modelo organizativo para permitir el acceso de la gente sin partido, para enriquecer la participación, y no un modelo cerrado que sólo permita la participación de militantes perredistas. Hay que abrir la participación”.
En ocasiones Jesús Zambrano, presidente del PRD, declara algunas cosas y usted otras, ¿hay diferencias?
“No hay diferencias, que quede claro; yo he externado la posición de que cuando se trata de asuntos legislativos, nosotros somos los que desahogamos ese proceso de legislar a plenitud, y sólo he reiterado que en el Senado ejercemos nuestra facultad de legislar. Respeto lo que diga el presidente del partido y lo apoyo.
Miguel Barbosa es de la corriente nueva izquierda, ¿ya vislumbran algún liderazgo para candidato presidencial en 2018?
Ahí tenemos una opción importante con el jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera, para mí sería una alternativa política muy importante, falta tiempo pero claro que en él tenemos una opción de competencia.
¿Marcelo Ebrard también podría ser opción?
Marcelo sería otra opción.
El Pacto por México, ¿hacia dónde va, senador?
La gente se confunde, ya que ven al Pacto como un escenario de gobierno, como parte de él y no es así; debe de verse como una mesa de diálogo para construir propuestas, pues pensar que el Pacto interviene en todo lo que ocurra en materia social, política y económica, es un error, si se piensa eso estaríamos afectando el Pacto. Esa no es su naturaleza”.
¿Entonces el Pacto por México no está en riesgo a pesar de esa confusión?
El Pacto es un acuerdo entre fuerzas políticas y el gobierno, se altera o se mueve dependiendo de las circunstancias que puedan darse entre ellos; por ejemplo, el desahogo del proceso electoral en 14 entidades provoca cierta inestabilidad en esa mesa de diálogo, pero no debe entenderse como un reflejo de todo lo que pueda acontecer entre las fuerzas.
¿Qué señal se le está dando a la gente con estos amagues de recesos y rupturas en el Pacto por México?
La señal es que en parte del gobierno federal no existe toda la voluntad para modificar la cultura política de México, porque se debe entender que el Pacto debe ser una nueva etapa, un nuevo momento en el ejercicio y cultura del poder, basada en la legalidad. Los gobernadores priistas no se han unido a esta nueva cultura.