Desde hace ya varios años grandes urbes europeas como Londres, Estocolmo y Roma encontraron en la tarificación vial una alternativa para aliviar la congestión vehicular y reducir impactos negativos.
Este sistema de cuotas para automóviles al interior de las ciudades representó además una nueva fuente de ingresos para las inversiones en transporte.
Un estudio del Centro de Estudios de Transporte para el Mediterráneo Occidental de España, señala que tradicionalmente la manera de elevar los ingresos por uso de vías ha sido el incremento en el precio del combustible, debido a que se considera un sistema eficiente y más justo porque guarda relación con la distancia recorrida.
No obstante, para el centro de estudios el impuesto sobre el combustible representa “un indicador muy pobre”, debido a que no distingue entre el uso en zona urbana o rural, hora del día, etcétera.
Ante este escenario, sugiere el cobro de un peaje a los usuarios de determinadas vías, para financiar su construcción, operación y mantenimiento, evitando que los demás contribuyentes subsidien a los usuarios de dicha infraestructura.
El puerto de Rotterdam, en Holanda, implementó un proyecto piloto denominado Spitscoren, que consistió en pagar a los conductores por evitar transitar en el corredor de acceso al puerto en las horas pico.
Dicho programa, estimó el centro de investigación, permitió reducir 8% el tráfico, lo que se tradujo en alrededor de 750 vehículos menos en hora pico, en promedio.
El centro de estudios sugiere que en el caso de redes interurbanas, la aplicación de la tarificación por uso puede referirse a uno o varios carriles de una cierta vía; mientras que otra opción es la tasa por congestión, que depende de volúmenes de tráfico en determinadas horas del día, una zona o vías específicas; y la tasa zonal, la cual es fija y permite la gestión de los viajes en una zona urbana específica, generalmente aplicada a todo tipo de vehículos que pretenden el acceso a ciertas zonas, como el centro de la ciudad o un distrito de negocios.
Desde hace varios años, en Londres funciona el Congestion Charge Zones (CCZ), un sistema que básicamente restringe la circulación de vehículos por el centro de la ciudad. Si un automovilista desea transitar por dicha zona debe pagar una cuota de 12 libras al día (unos 19 dólares), o bien tramitar un pase semanal, por cinco libras (ocho dólares); mensual, por 20 libras (30 dólares); o anual, por 252 libras (unos 397 dólares).
Además, Londres cuenta desde 2008 con las llamadas Low Emision Zones, que aplica cobros a aquellos automovilistas que superan las emisiones permitidasen ciertas zonas.
Otro ejemplo es Roma, la capital italiana, donde sólo los residentes y trabajadores del centro de la ciudad o personas con algún tipo de discapacidad, pueden transitar en dicha zona previo pago de una cuota anual.
Las Zonas de Tráfico Limitado ocupan una extensión de 4.2 kilómetros cuadrados de la capital italiana. La circulación en la zona del centro histórico está restringida de lunes a viernes de las 6:30 a las 18:00 horas y de las 14:00 a las 18:00 horas los sábados.
En el caso de Estocolmo, en Suecia, el centro está dividido en seis áreas concéntricas y, según se vaya penetrando hacia el centro de la ciudad, habrá que pagar en cada una de ellas.
DATO
19 dólares, equivalentes a 12 libras, el costo diario de transitar por el centro de Londres