ANKARA. El Gobierno de Turquía calificó de “inaceptable” el posible espionaje del ministro turco de Finanzas, Mehmet Simsek, y su delegación durante una cumbre del G-20 celebrada en Londres en 2009, según lo denunciado hoy por la prensa británica.
El ministerio de Exteriores turco señaló en un comunicado que los presuntos hechos, publicados por el diario “The Guardian”, son “preocupantes” y en el caso de ser ciertas serían “un escándalo” e “inaceptables” para Turquía, un país miembro del G-20.
Por su parte, Rusia expresó su preocupación por las revelaciones sobre las presuntas escuchas telefónicas por los servicios secretos de Occidente al entonces presidente ruso, Dmitri Medvédev, durante las dos cumbres del G20 de 2009 en Londres.
“En general, como un país que se preocupa por la protección de su propia información, por supuesto” que nos preocupamos, dijo Alexéi Kvásov, portavoz de la delegación rusa en la cumbre del G8 en Irlanda del Norte, citado por la agencia Interfax.
El citado periódico denunció hoy que el centro de escuchas británico GCHQ llevó a cabo un “espionaje sistemático” por el que se interceptaron los teléfonos de políticos y funcionarios extranjeros participantes en dos reuniones del G-20 celebradas en Londres, además de vigilar sus ordenadores.
Los documentos al respecto habrían sido entregados a “The Guardian” por el ex empleado de la CIA Edward Snowden, fuente de las filtraciones sobre el masivo programa de espionaje estadounidense.
De acuerdo con la información publicada, el objetivo del espionaje en 2009 habría sido conocer con antelación las diferentes posiciones de los países del G20, entre otras las de aliados como Sudáfrica o Turquía.
Con información de Ap