ENNISKILLEN. Reino Unido. La cumbre de los países más industrializados del mundo (G8) comenzó ayer en un aislado e idílico paraje norirlandés, dominada por las diferencias sobre el conflicto de Siria y rodeada de un dispositivo de seguridad sin precedentes.
Los jefes de Estado y de Gobierno de EU, el Reino Unido, Alemania, Japón, Francia, Italia, Canadá y Rusia evidenciaron desde primera hora las diferencias sobre el conflicto en Siria entre partidarios y detractores del régimen de Bachar al Asad, que ha causado 90 mil muertos en dos años y que marcará la agenda política del encuentro.
Mientras el anfitrión, el primer ministro británico David Cameron, y el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, hablaban de la necesidad de una solución pacífica y no se pronunciaban sobre armar a los rebeldes sirios, el presidente estadunidense, Barack Obama, apuesta por esta opción a la que se opone su colega ruso, Vladímir Putin.
Estados Unidos y Rusia escenificaron sus divergencias respecto a la salida del conflicto en Siria, pero dejaron una puerta abierta a que el fin de la violencia llegue mediante una negociación con las partes enfrentadas.
Después de un encuentro bilateral de más de dos horas, los presidentes de EU, Barack Obama, y de Rusia, Vladímir Putin, cerraron la primera jornada del G8, que se celebra en Irlanda del Norte, con unas palabras que confirman que aún están lejos de acercar posiciones sobre Siria.
No obstante, animados por el mensaje lanzado por el primer ministro británico y anfitrión de la cumbre, David Cameron, reconocieron la necesidad de “encontrar puntos en común” para acabar con el baño de sangre en el país árabe y que en dos años ha causado la muerte de 93 mil personas.
Con este mensaje de los líderes de las dos superpotencias aumentaron las posibilidades de que se pueda lanzar unas conversaciones de paz próximamente en Ginebra, un planteamiento que también respalda la Unión Europea (UE).También Rusia anunció que no permitirá el establecimiento de una zona de exclusión aérea en Siria por considerar que ese paso violaría el derecho internacional.
“Cómo se establece esa zona y cómo se ponen en práctica esas decisiones ya lo vimos en Libia. No queremos que eso se repita en el conflicto sirio (…) no lo permitiremos”, afirmó Alexandr Lukashévich, portavoz de la Cancillería rusa, en rueda de prensa.
El diplomático subrayó que los preparativos militares que Estados Unidos ha puesto en marcha en Jordania suponen también “una flagrante violación del derecho internacional”.
Lukashévich aludía a las noticias sobre el despliegue de misiles interceptores Patriot y cazas F-16 de EU en Jordania, paso previo para el establecimiento de una zona de exclusión aérea en la vecina Siria.
La cumbre de los países ricos tiene una agenda muy apretada que incluye debates sobre la economía global, la liberalización comercial, la lucha contra el terrorismo, la transparencia y el combate contra la evasión fiscal.
La primera sesión plenaria trató sobre el estado de la economía mundial, que el G8 coincide en que se encuentra en mejor situación que en la reunión de hace un año en Camp David (EU), como destacaron algunos de los participantes.
Según Van Rompuy, la Eurozona ha superado “la amenaza existencial” que pendía hace un año sobre la moneda única y la Unión Europea puede asegurar a los países del G8 que su situación económica ha mejorado desde entonces.
Para los encuentros bilaterales y la cena de trabajo, centrada en política exterior, se ha dejado el conflicto de Siria, recurrente en esta cumbre que se celebra el día en que el diario “The Guardian” denunció un posible espionaje del Reino Unido durante las reuniones del G20 en 2009 para acometer las negociaciones en situación ventajosa.
Poco antes de que comenzase el encuentro, Obama, Cameron y los representantes de la UE, anunciaron el inicio oficial en julio próximo de las negociaciones de un tratado de libre comercio entre EU y la UE, que podría tardar dos años en concluirse.
“Creo que estas negociaciones serán difíciles y que todos vamos a tener sensibilidades que habrá que abordar”, apuntó el presidente de Estados Unidos, mientras Cameron habló de “una oportunidad en una generación” para crear “más empleos, precios más bajos y ayuda para las familias trabajadoras”.
Por lo pronto el primer ministro británico, David Cameron, no quiso comentar sobre las revelaciones de que los servicios secretos de su país espiaron a las delegaciones que participaron en 2009 en dos cumbres del G20 en Londres.
El diario “The Guardian” denunció hoy que el centro de escuchas británico GCHQ llevó a cabo un “espionaje sistemático” por el que se interceptaron los teléfonos de políticos y funcionarios extranjeros participantes en esas reuniones y se vigilaron sus computadoras.
En unas declaraciones a la cadena SkyNews desde Lough Erne, cerca de la localidad norirlandesa Enniskillen, donde se celebra la cumbre del G8 (los siete países más industrializados y Rusia), Cameron dijo que el Reino Unido nunca hace comentarios sobre los asuntos relaciones con la seguridad. EFE