El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, reveló hoy que su organización ayuda a Edward Snowden, quien filtró información sobre programas de espionaje de Estados Unidos, para que reciba asilo en Islandia, mientras que el Departamento de Justicia prepara una petición de extradición.
En un teleconferencia, Assange, que se encuentra refugiado en la embajada de Ecuador en Londres, dijo que WikiLeaks “está en contacto con el equipo legal de Snowden y está trabajando en el proceso para conseguirle asilo en Islandia”.
Kristinn Hrafnsson, portavoz de WikiLeaks, escribió hoy en un periódico islandés que hace unos días representantes de Snowden le pidieron que intercediera por él ante las autoridades de Islandia, que han confirmado haber iniciado contactos informales.
Snowden, de 29 años, sigue en paradero desconocido tras revelar hace algo más de una semana desde Hong Kong que él era la fuente que filtró a The Guardian y The Washington Post información de dos programas secretos de espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) estadunidense.
El extécnico de la CIA y trabajador externo de la NSA está a la espera de que Estados Unidos presente cargos formales contra él e inicie un proceso de extradición, que podría revelarse tortuoso si Islandia, un país que ayudó a WikiLeaks en sus problemas legales, decide tomar parte.
Hoy, el director del Buró Federal de Investigaciones (FBI), Robert Mueller, dijo que desmantelar el programa de vigilancia de registros de llamadas, uno de los desvelados por Snowden, afectaría a la efectividad de Estados Unidos en su lucha contra el terrorismo.
En una audiencia en el Senado, Mueller defendió la constitucionalidad de los programas secretos de vigilancia del Gobierno de Estados Unidos y afirmó que el hecho de que Snowden filtrara su existencia ha hecho “un daño significativo” al país y a la seguridad nacional, un argumento que podría ser utilizado en contra el joven.
Mientras tanto, el presidente estadunidense, Barack Obama, prometió hoy desde Berlín que hará públicos más detalles de cómo opera el programa de espionaje en internet de la NSA, conocido como PRISM -el segundo filtrado por Snowden-, con la intención de dar tranquilidad a la población y mejorar la transparencia.
El programa PRISM, que supuestamente permite acceso directo a servidores de grandes empresas de internet estadunidenses, como Facebook, Google y Microsoft, para espiar a extranjeros, ha elevado las críticas de asociaciones pro derechos civiles y Gobiernos europeos.
Los intentos de la administración Obama por tranquilizar y subrayar el perfecto “equilibrio entre seguridad y privacidad” de la cada vez más poderosa NSA, la más secreta de todas las agencias federales, no convence a otros “whistleblowers” (informantes, en inglés).
En la misma conferencia en la que habló hoy Assange también lo hicieron dos de los más famosos informantes procesados bajo la ley de Espionaje de Estados Unidos: Daniel Ellsberg, responsable de filtrar en 1971 los “Papeles del Pentágono” sobre la política de EU en el conflicto en Vietnam, y Thomas Drake, que filtró prácticas de la NSA y fue procesado por ello en 2010.
Drake aseguró que las palabras de Obama son solo “un juego de apariencias”, ya que EU cuenta, tras doce años de lucha contra el terrorismo responsable de los ataques del 11 de septiembre de 2001, con una red de espionaje “sin precedentes en la historia” sin apenas control ni respeto a la Constitución.
“La Seguridad Nacional se ha convertido en una religión de Estado para Estados Unidos y toda revelación que afecte al interés público es criminalizada”, según Drake.
Ellsberg dijo que casos como el de Snowden o el soldado Bradley Manning, que está siendo juzgado por filtrar información a WikiLeaks, demuestran que Estados Unidos se arriesga a convertirse en un Estado controlado como China.
En opinión de Ellsberg, Obama “ha legalizado los programas de espionaje inconstitucionales que inició George W. Bush, pero no tiene intención de acabar con ellos”, al tiempo que aseguró que el hecho de que el Congreso haya aprobado esas leyes no las convierte en constitucionales.
Assange alertó de que los casos de Snowden y Manning tienen ya consecuencias en periodistas que trabajan con temas de seguridad nacional y que “han visto cómo sus fuentes se muestran recelosas para hablar sobre los abusos por parte de Estados Unidos”.
En opinión del fundador de WikiLeaks, “la calidad de las democracias occidentales y del periodismo” ya se está viendo dañada por las persecuciones de la Casa Blanca contra los responsables de filtraciones de información secreta.