SAO PAULO. La sexta protesta en Sao Paulo contra el alza de los precios del transporte terminó hoy de madrugada con saqueos, incendios y el intento de invadir la sede de la alcaldía por un grupo pequeño de manifestantes, tras lo cual volvió a escena la policía militar.
Después de evitar la intervención durante horas, hoy de madrugada la tropa de choque volvió a enfrentarse a algunos manifestantes y a adueñarse de las calles de Sao Paulo, al final de una protesta que congregó a unas 50 mil personas.
“Si no salen de aquí les vamos a disparar”, oyeron de un policía militar tres mujeres de media edad que corrieron a refugiarse en un bar.
“Estoy temblando hasta ahora”, decía una de ellas, después de haber corrido desesperadamente más de dos cuadras para protegerse en cualquier escondite.
Las acciones fueron la respuesta de las autoridades a los saqueos que ocurrieron en el centro y en las cercanías de la Paulista, el eje central de Sao Paulo, por minorías que no representaban al movimiento y que destruyeron sucursales bancarias y entraron en tiendas para robar.
Por lo menos 47 personas fueron detenidas con televisores, microondas, ropas y hasta una cocina de cuatro hornillas, que un hombre empujaba en plena Plaza da Sé, en el corazón de la ciudad.
Según la policía, los detenidos eran vagabundos y drogadictos que viven en el centro y aprovecharon la situación de caos.
Los manifestantes llamaban a la gente de los edificios con la consigna: “¡Ven a la calle, ven contra el aumento! ¡Ven! ¡Ven!”
Otros estudiantes, estos de escuela pública, pedían al Gobierno más inversión en salud y educación, y menos gasto en eventos deportivos como la Copa de las Confederaciones, que se juega desde el sábado en Brasil, y el Mundial 2014.
“No hay medicinas en los hospitales, no hay materiales en las escuelas. Sólo invierten en ese Mundial”, reclamaba Ana Neimeier, de 17 años, acompañada por otros chicos de su escuela secundaria de Itaquera, un barrio donde se construye un estadio para ese torneo.
“Hey, ¡Fifa! ¡Paga mi tarifa!”, era otro de los gritos entonados por los manifestantes.
Muy cerca a la plaza, un pequeño grupo de manifestantes trató de forzar la entrada de la Alcaldía de Sao Paulo, rompiendo los vidrios. Fue en ese momento cuando la paz se acabó.
La policía se enfrentó a los manifestantes y comenzaron las carreras y las bombas de gas en un área en que se reunían más de cinco mil personas.
Jóvenes violentos incendiaron un camión de la cadena de TV Record, que ha criticado las marchas, y una garita de policía.
Dos guardias resultaran heridos, según la Alcaldía, que también informó de un intento de invasión del Teatro Municipal mientras unas 300 personas asistían a una ópera.
En la Avenida Paulista, a donde fue buena parte de la gente después de las 8 de la noche, un grupo de manifestantes se enfrentó a los agentes.
La marcha acabó con una guerra muy parecida a la del jueves 13 de junio, cuando la policía militar cerró los accesos a la Paulista y atacó a las personas que marchaban pacíficamente y a periodistas que cubrían las protestas, según testigos.
Esa acción violenta colocó a la opinión pública a favor de los manifestantes y azuzó las protestas, a las que el lunes se sumaron unas 250 mil personas en una decenas de ciudades.