KABUL.- Un día después del anuncio de que el Consejo Superior de Paz afgano participaría en las conversaciones con el grupo talibán, en Qatar, el presidente Hamid Karzai anunció que no asistirá a ese cónclave a menos que Estados Unidos se retire de ellas y que el grupo miliciano cese sus ataques violentos.

 

El martes Karzai confirmó que representantes de su Consejo Superior de Paz estarían en aquel emirato. El miércoles, sus asistentes dijeron que cambió de opinión porque se opone a la forma en la que el anuncio fue manejado, en particular al uso de los talibanes de su nombre formal “Emirato Islámico de Afganistán” al abrir su oficina en Doha.

 

Shafiulá Nuristani, miembro del Consejo Superior de Paz, dijo a The Associated Press que el uso del nombre violaba los acuerdos que el gobierno de Karzai hizo con Estados Unidos y que ocasionaba problemas diplomáticos para Afganistán.

 

“El acuerdo era que la oficina se abriría sólo para las negociaciones y no como una entidad política o institución paralela a la embajada afgana que ya está ahí”, dijo Nuristani.

 

Karzai también suspendió las conversaciones sobre un nuevo acuerdo de seguridad entre Estados Unidos y Afganistán que permitiría a algunas tropas estadounidenses permanecer en el país cuando termine la misión de combate en 2014 en señal de protesta porque su gobierno se está quedando fuera del proceso inicial.

 

La fuerte respuesta de Hamid Karzai y el ataque talibán debilitaron la expectativa de reanudar esas conversaciones, para poner fin a casi 12 años de guerra en Afganistán.  Un día antes Estados Unidos y los talibanes coincidieron en anunciar el comienzo de reuniones bilaterales en Qatar.

 

Karzai hizo estas declaraciones a pesar de la rama de olivo que Barack Obama le ofreció en declaraciones a la prensa durante una visita a Berlín en la que el presidente estadounidense dijo que “en última instancia, vamos a necesitar ver a los afganos a hablar con los afganos”. Obama dijo que era importante seguir una vía paralela hacia la reconciliación aunque los combates continuaran y que el pueblo afgano determinaría en última instancia si el esfuerzo rendiría frutos.

 

El Talibán se atribuyó la responsabilidad de un ataque con cohetes contra la base aérea de Bagram en el que murieron cuatro soldados estadounidenses. También el martes, cinco policías afganos fueron asesinados por cinco de sus compañeros en un puesto de seguridad en la provincia de Helmand, de acuerdo con las autoridades, el último de una serie de “ataques internos” que han sacudido la confianza en las nacientes fuerzas de seguridad afganas.

 

Lo que busca el Talibán

 

Con su acceso al diálogo con EU, parece que los talibanes tienen objetivos ocultos. Su lenguaje deja claro que buscan ser reconocidos como una fuerza política para jugar un rol a largo plazo, más allá de la insurgencia. Su decisión de abrir una oficina en Qatar – año y medio después de su plan inicial- sería una señal de que su última intención es ser reconocido como una alternativa para el gobierno de Hamid Karzai, respaldado por Occidente, publica en su edición on line The New York Times.