Todos hemos escuchado hablar del Botox, Xeomeen, o alguna toxina botulínica. ¿Qué hace? Esta toxina relaja o paraliza el músculo en el que es inyectada, y se utiliza en la medicina estética y en otras ramas de la medicina como la oftalmología y neurología. Sus usos estéticos son los más difundidos y con los que la toxina se ha dado a conocer.
Sin embargo, si se lo van a hacer ¡háganselo bien! Busquen un buen especialista para quedar lo más “natural” posible. Que te digan “que bien te ves”, “algo te hiciste pero no sé qué es”, “pero tú no te veías así de bien”, “¿qué te hiciste que te ves descansado?”
Para obtener este resultado, recomiendo le pidan a su médico que no les paralice los músculos, únicamente que los relaje, para que aún tengan expresión y se vean más naturales. Que se vean más jóvenes pero con expresión.
El uso de esta toxina, también tiene efectos negativos. Para muchos, la aplicación de Botox, Xeomeen o alguna otra toxina botulínica es adictivo. Uno se acostumbra a verse bien, a verse joven, a verse mejor. El problema es cuando cada vez quieren estar más planchados y perfectos, cuando quieren empezar a moldear sus rostros como si fueran de plastilina.
Otra contra es que quizá no te guste el resultado. Si no te gustó como quedaste, observa al pasar del tiempo si fue porque te pusieron mucho o si no te gusto porque eres una persona con mucha expresión facial y relajar o paralizar los músculos no es lo tuyo.
La buena noticia es que no es permanente, en aproximadamente 6 meses serás el mismo de antes. Obviamente será poco a poco no de la noche a la mañana. Eso sí embarazadas o lactando no se deben aplicar la toxina.