Al oír el nombre, inmediatamente me ofrecí a contactar a su directora, ya que además de contar con una carrera impresionante, también resultó que tenía el gusto de conocerla por azares del destino. Así, la fecha fue apartada y en un abrir y cerrar de ojos estábamos en la sala de un departamento en la Condesa, listas para ver la película y conversar con Ana Cruz.
Decidimos que lo más prudente sería ver primero la película. La historia gira en torno a las mujeres que hicieron posible el derecho del voto en México, empezando en 1953 y combinando la historia con el presente, a través del viacrucis de la luchadora social Eufrosina Cruz Mendoza; una mujer con un impresionante carisma y capacidad de liderazgo, originaria de una comunidad indígena en Santa María Quiegolani en Oaxaca. La historia documenta su lucha para poder ser elegida como presidenta municipal de su comunidad, que por los usos y costumbres que fungen como leyes locales, le impiden figurar en la boleta.
Las entrevistas se entremezclan con la historia de Eufrosina, quien al final de la película se presenta como la primera presidenta del Congreso de Oaxaca en 2011.
Lo que resulta evidente después de ver la película, es que la lucha por la equidad en nuestra vida política aún tiene que avanzar. Pero también nos abre los ojos para entender que no sólo es una lucha en contra del machismo o de feministas, sino también descubrimos que las mismas mujeres son las que menos están dispuestas a ceder su espacio para ampliar las oportunidades para su mismo género.
De entrada, la primera pregunta que surgió fue cómo escogió este tema. Nos contó, que hace unos años como parte de los festejos de bicentenario, estuvo encargada de realizar una serie de televisión sobre los héroes de la Revolución. Al estudiar la vida de Aquiles Serdán, descubrió la importancia de Carmen Serdán, una mujer fascinante, ideóloga de la Revolución en Puebla, pero cuya historia se contaba en un segundo plano. Al mismo tiempo, al documentar la vida de Francisco I. Madero y Sara Madero, la misma historia se repetía. Así surgió Mujeres de la Revolución Mexicana que posteriormente, detonaría Las Sufragistas.
Más allá de ser una película para mujeres o feministas, es una cinta que invita a la reflexión. Todos nos fuimos con la sensación de que había mucho más que hacer. Sin duda, Las Sufragistas es una película recomendable para explorar un pasaje de la historia mexicana poco explorado.
Sin duda, la película de Ana Cruz, nos invita a inspirarnos y aprovechar los encuentros fortuitos en la vida, para producir piezas originales, llenas de contenido que nos inviten a reflexionar sobre temas relevantes, que tal vez pensábamos que estaban superados, pero que aún existen evidencias de que hay mucho camino por recorrer.
Espero que tengas un maravilloso fin de semana y recuerda, ¡hay que buscar el sabor de la vida!