La reforma a Petróleos Mexicanos (Pemex) y al sector energético no se realizará a través de una alianza o por la vía fast-track, porque una propuesta de esta naturaleza involucra a todo un país, ya que está en juego el desarrollo de México, estableció el legislador Miguel Barbosa Huerta.

 

“El petróleo es un tema de alta volatilidad política, una cuestión mucho más profunda e intensa que el que calculan los constructores de escenarios del gobierno federal”, sostuvo.

 

Quienes piensan que con un acuerdo o alianza se va a aprobar la reforma energética, apuntó,  no dimensionan lo que representa para los mexicanos el tema de abrir Pemex y el sector energético a la inversión privada para compartir la renta petrolera.

 

El coordinador del grupo parlamentario del PRD en la Cámara de Senadores, señaló que dichas posturas “dan la impresión de que desconocen la historia de México y los procesos políticos que se han desarrollado recientemente”.

 

Aseguró que los legisladores perredistas se opondrán a cualquier reforma que pretenda permitir la inversión privada para compartir la renta petrolera.

 

“No se trata de sumar u ofrecer votos en la Cámara de Diputados o en el Senado de la República, de animar o desanimar a algún personaje de la política nacional para que presente una iniciativa de gran calado”, aclaró.

 

Insistió en que este tema involucra no solamente a los partidos representados en el Congreso, sino a sectores sociales y visiones históricas sobre la nacionalidad y el futuro de México.

 

“¿Por qué Petróleos Mexicanos, su reforma y la eventual apertura del sector energético involucran al país? Porque Pemex representa a la empresa nacional más importante para el desarrollo, de la cual depende una parte fundamental de los ingresos del Estado y es la piedra angular del sector energético”, afirmó.

 

Sostuvo que la empresa petrolera representa un factor de soberanía y autosuficiencia energética y la percepción de que la empresa es de todos los mexicanos está bien cimentada en los sectores sociales.

 

Enfatizó que cada pueblo, aun los más avanzados o abiertos al mundo, poseen símbolos con los cuales se identifica, porque materializan algunos de sus valores más importantes o son motivo de orgullo personal y colectivo.

 

Barbosa Huerta recordó que en 1938, en un contexto internacional de gran complejidad y en un medio político nacional que enfrentaba terribles dificultades, el gobierno del General Lázaro Cárdenas nacionalizó la industria petrolera. “Este hecho constituyó uno de los episodios más significativos de soberanía del siglo XX”.

 

Reiteró que están equivocados aquellos que imaginan que esta reforma puede hacerse vía fast track, en un período extraordinario y resolverlo en unos cuantos días.