Todos hemos escuchado hablar del Botox, Xeomeen, o alguna toxina botulínica. ¿Qué hace? Esta toxina relaja o paraliza el músculo en el que es inyectada, y se utiliza en la medicina estética y en otras ramas de la medicina como la oftalmología y neurología. Sus usos estéticos son los más difundidos y con los que la toxina se ha dado a conocer.
¿Por qué aplicarse Botox, Xeomeen o alguna otra toxina botulínica? Para vernos más jóvenes, con menos arrugas y hacer que nuestros gestos sean como lo eran hace unos años. Lo ideal es aplicarlo para relajar los músculos y que las líneas de expresión se atenúen, conservando la expresión facial. Esto nos ayuda a vernos más descansados, con los ojos más abiertos, alegres, amables. Este efecto se logra cuando se hace todo el “antifaz” (patas de gallo, entrecejo, frente y nariz).
Sin embargo, si se lo van a hacer ¡háganselo bien! Busquen un buen especialista para quedar lo más “natural” posible. Que te digan “que bien te ves”, “algo te hiciste pero no sé qué es”, “pero tú no te veías así de bien”, “¿qué te hiciste que te ves descansado?”