La Administración de Seguridad en el Transporte de Estados Unidos (TSA, por sus siglas en inglés) plantea, además de la inspección virtual por escáneres, comúnmente llamados “registros virtuales de desnudo”, que los viajeros sean sometidos a una revisión manual de genitales.
The Identity Project (IDP) hizo llegar a la TSA un documento, en el que da sus comentarios a la propuesta que hicieron el pasado 26 de marzo.
En el texto, entregado el 18 de junio, se oponen a esta medida, pues consideran que afectará a los viajeros y a la economía de Estados Unidos.
“La norma propuesta requeriría que los viajeros se sometiera a registros virtuales de desnudo y/o a revisiones manuales de sus genitales, como condición para ejercer su derecho de viajar por avión”, explica el organismo sin fines de lucro que participa en el consejo legal de los que lo requieren, en caso de protección de derechos fundamentales.
IDP señala que las regulaciones de la TSA requieren actualmente que los viajeros por vía aérea se sometan a las pruebas de detección, es decir, por un escáner de retrodispersión, pero no define ni restringe el significado de “someterse” a esas “inspecciones” por esa tecnología.
“La TSA falla por no reconocer que el viaje por vía aérea en un transportador común es un derecho, no un privilegio otorgado o negado por el gobierno o sujeto a condiciones arbitrarias o injustificadas”, dice el documento.
También acusa que de acuerdo con el término de pequeñas entidades no se les incluye a los individuos, pues afirma que existen numerosas personas que trabajan por su cuenta y que deben viajar para realizar negocios.
No obstante, debido a esa exclusión del término, esas personas deben ser revisadas como todos los demás viajeros, pero muchas otras dejaron de viajar por avión porque también se tienen que someter a la inspección por escáneres, critica el organismo.
IDP argumenta que debido al uso de los escáneres de retrodispersión o de la revisión manual, hay muchas personas que dejaron de viajar por el trauma que les causan esas prácticas.
“Estos individuos incluyen a muchas víctimas de abuso sexual, físico o de asaltos, o de combate militar, para esas personas estas prácticas de la TSA pueden provocar recaídas del síndrome de estrés postraumático”, considera.
El organismo explica que 20%, del millón 800 mil viajeros aéreos individuales que son revisados diariamente por la TSA, son parte de las pequeñas entidades.
Agrega que decenas de miles de personas han dejado de viajar por vía aérea porque no pueden o no quieren someterse a esas prácticas de revisión, y que 100 mil dólares por persona sería un estimado del costo económico promedio por ser incapaz de viajar por este transporte.
“El total de los impactos económicos por las normas sobre los individuales que no viajan por avión es de miles de millones de dólares”, asegura IDP.
También hay otro impacto causado por esas medidas: la pérdida de tiempo en el aeropuerto.
IDP afirma que desde que se instalaron los escáneres de retrodispersión, se requiere más tiempo para pasar los puntos de control antes de llegar al avión, por lo que obligó a las aerolíneas aumentar el tiempo recomendado de llegada al aeropuerto al menos 30 minutos.
El organismo señala que American Airlines, por ejemplo, recomendaba a los viajeros llegar al aeropuerto 30 minutos antes de un vuelo nacional, pero desde la creación de las medidas de inspección por parte de la TSA, recomienda a los pasajeros llegar 90 minutos antes de la salida del vuelo.
IDP recomienda a la TSA evaluar los impactos que puede tener la modificación de la norma de seguridad sobre la capacidad de los ciudadanos estadunidenses para ejercer sus derechos protegidos por la Primera Enmienda, los tratados internacionales y el derecho público federal explícito de tránsito por el aire.
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