BELO HORIZONTE. La policía brasileña realizó un gran despliegue en las inmediaciones del estadio Mineirão de Belo Horizonte, donde se jugará el partido Brasil-Uruguay de semifinales de la Copa Confederaciones y done está previsto que se dirija una gran manifestación.

 

La policía militarizada del estado de Minas Gerais, donde se ubica Belo Horizonte, tenía previsto utilizar cinco mil 567 efectivos, a los que se han unido unos mil 500 soldados del Ejército.

 

El comandante de la Policía Militar de Minas Gerais, el coronel Marcio Martin Santana, ha indicado que si los manifestantes vuelven a ser cientos de miles, las fuerzas de seguridad no podrán impedir que lleguen hasta el estadio de Mineraio.

 

Los encargados de seguridad en Brasil aceptaron que son capaces de privar el derecho a ir y venir a más de 60 mil personas, pero que sería imposible actuar contra 100 mil personas o más.

 

También se desplegaron fuerzas policiales en la Plaza Sete, en el centro de Belo Horizonte, que es el punto donde ha sido convocada la marcha, que podría congregar a más de 100 mil personas, según cálculos de la policía.

 

Ante tal situación las autoridades no descartan la posibilidad de verse obligados a trasladar a las selecciones de Brasil y Uruguay en helicóptero.

 

Los movimientos sociales también convocaron una concentración a las puertas del hotel Ouro Minas, donde se hospeda la selección brasileña.

 

Las protestas comenzaron el pasado 6 de junio de forma pacífica en Sao Paulo por la subida del precio del transporte público de 3 a 3,20 reales, pero que una semana después se tornaron violentas por la represión de la Policía Militar.