JOHANNESBURGO. El ex presidente sudafricano Nelson Mandela ha experimentado una “gran mejoría” respecto a su estado de los últimos días, pero “sigue estando clínicamente mal”, declaró hoy la ex esposa del antiguo estadista, Winnie Madikizela-Mandela.
“Ha habido una gran mejoría respecto a hace unos días, pero sigue estando clínicamente mal”, dijo a los reporteros la segunda esposa de Mandela ante la casa que ambos compartieron en Soweto, convertida hoy en museo.
La que fuera también activista contra el régimen racista del “apartheid” ha visitado a su ex marido prácticamente cada día en el hospital donde está ingresado desde el 8 de junio por problemas respiratorios.
El estado de Nelson Mandela pasó el domingo de “grave” a “crítico”, según el Gobierno sudafricano.
Desde la noche del miércoles, la salud de Mandela ha mejorado y es de nuevo “estable”, según anunció entonces la Presidencia de Sudáfrica, aunque su estado sigue siendo “crítico”.
Durante su breve intervención ante los periodistas, Winnie Mandela agradeció a los sudafricanos el inmenso cariño que está recibiendo la familia, informó la emisora de radio local Eyewitness News.
La ex esposa de Madiba -como se conoce popularmente al expresidente en Sudáfrica- aseguró que el estado del célebre paciente es el que la Presidencia comunica en cada uno de sus partes.
Winnie Mandela desmintió así los rumores sobre una posible ocultación de la situación real de su exmarido por parte de las autoridades.
Winnie estuvo casada entre 1957 y 1996 con Nelson Mandela, y juntos tuvieron dos hijas.
Figura polémica y, al mismo tiempo, muy popular en Sudáfrica, la ex esposa fue una destacada figura en los tiempos de lucha, especialmente en el gueto negro de Soweto, donde mantuvo vivo el nombre de su marido, encarcelado desde 1964.
Winnie Mandela fue condenada a seis años de cárcel en 1991 junto a varios de sus guardaespaldas por las torturas y el asesinato del adolescente de 14 años y presunto chivato, Stompie Seipei, en 1989 en la casa de Winnie en Soweto.
La condena quedó finalmente en una multa, y Winnie Mandela no tuvo que volver a unas prisiones que conoció bien en los años de administración segregacionista.