Ya está en marcha la 100 edición del Tour de Francia con la primera etapa entre Porto Vecchio y Bastia, una jornada de 213 kilómetros que dará a conocer al primer maillot amarillo.
Un recorrido de sur a norte por la costa de Córcega, único departamento francés que nunca había recibido al pelotón del Tour. Antes de llegar al punto de partida real de la etapa hubo anécdota, ya que el británico Chris Froome (Sky), favorito número uno, hubo de cambiar de bicicleta por una avería en la rueda trasera.
La carrera ha empezado inquieta y enseguida se ha formado una escapada de 5 corredores, entre ellos dos españoles, Juan José Lobato (Euskaltel) y Juan Antonio Flecha (Vacansoleil).
Esta centenaria edición del Tour de Francia se desenvuelve en medio de la controversia por el dopaje que aún prevalece entre los ciclistas.
Apenas ayer Lance Armstrong afirmó al diario Le Monde que “ganar el Tour de Francia sin doparse es imposible”.
“Es imposible ganar el Tour de Francia sin doparse. Porque el Tour es una prueba de resistencia en la que el oxígeno es clave”, agregó.
“De acuerdo con que se borre mi nombre del palmarés, pero el Tour se celebró entre 1999 y 2005, ¿verdad? Pues tendrá que haber un ganador. ¿Quién es? Nadie se ha presentado para reclamarme mis ‘maillots'”, se justificó el ex campeón del Tour de Francia.
El texano, que dominó el Tour desde 1999 hasta 2005, añadió: “simplemente formé parte de este sistema. Soy un ser humano”.
Una semana después de que el archirrival de Armstrong, Jan Ullrich, finalmente confesara que también tomó sustancias que estimulan la sangre, como la EPO, esto era lo último que los organizadores necesitaban mientras el deporte busca un nuevo respiro. (Con información de EFE)