La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, desistió de ir a la final de la Copa Confederaciones, que disputarán mañana en el estadio Maracaná, de Río de Janeiro, las selecciones de Brasil y España, según divulgó hoy una fuente oficial.
La Presidencia de la República divulgó la agenda para el fin de semana de la mandataria, en la que reseña que Rousseff estará “sin compromisos oficiales” los días 29 y 30 de junio.
La decisión de Rousseff, según interpretaron medios locales, obedece a los abucheos y silbidos que la jefa de Estado recibió durante su pronunciamiento en el partido inaugural del torneo entre Brasil y Japón (3-0), que se disputó el 15 de junio en la capital Brasilia.
En esa ocasión, Rousseff y el presidente de la FIFA, el suizo Joseph Blatter, fueron silbados por el público.
El viernes, en una rueda de prensa en Río de Janeiro, Blatter evitó confirmar la presencia de Rousseff en la clausura del torneo.
“No recibí la confirmación si la presidenta estará en la final. Estaré feliz si ella va, pero no soy profeta y no puedo asegurar si ella va a ir o no”, expresó Blatter.
La determinación también coincide con la divulgación hoy de una encuesta de popularidad de la mandataria elaborada por el Instituto Datafolha, en la que Rousseff bajó del 57 por ciento al 30 por ciento entre los días 8 y 28 de junio, período en el que ocurrió una ola de protestas populares en todo el país por diferentes reivindicaciones.