Brasil 2013. Algunas pistas, algunos mitos

 

A menos de un mes de iniciadas las protestas y movilizaciones sociales en Brasil -detonadas por un aumento a las tarifas del transporte público- abundan los análisis y las explicaciones sobre los motivos del descontento. Van desde la incapacidad del Estado para atender con prontitud y calidad las demandas de los millones de personas que salieron de la pobreza y de quienes pasaron a engrosar las filas de la clase media, hasta el hartazgo por la corrupción tradicional y por la exhibida en ocasión de los compromisos con la FIFA. Se alude asimismo al estancamiento económico, a la creciente inflación y a la anacrónica estructura y prácticas de las instituciones de gobierno.

 

La multiplicación en redes sociales y en televisión de las escenas de los “batallones de choque” de la Policía Militar repeliendo y atacando a los manifestantes de Sao Paulo parecen haber potenciado y multiplicado tanto la indignación, como el apoyo a las movilizaciones. En 10 días, los manifestantes tiraron los aumentos y provocaron que la Presidenta Rousseff atendiera lo que tituló como “la voz de las calles”. También ganaron de Rousseff la propuesta de cinco pactos que enlista la postergada reforma política. A su vez el Congreso Federal debió resolver asuntos polémicos vinculados con su tendencia a proteger a sus integrantes y a blindar sus intereses particulares.

 

Los pactos de Rousseff incluyen propuestas anteriores frenadas por los legisladores y gobernadores, como invertir en educación el 100% de las ganancias petroleras o avanzar en la reglamentación y aplicación de la Ley de Transparencia. Si al comienzo la reforma política pareció un juego de palabras, en pocos días de operación política Rousseff ha recibido y escuchado a prefectos, gobernadores, grupos de manifestantes, líderes de los partidos de la base aliada, partidos de oposición, abogados, activistas de derechos humanos y a todo su gabinete.  Si se le criticaba su distancia, en octubre se prevé un plebiscito y se habla ya de una necesaria reforma ministerial.

 

Agenda del Congreso

 

Veamos algunos puntos de la agenda legislativa para entender la indignación social contra la clase política, más allá de la lenta y no ejecutada sentencia a todos los acusados del “mensalao”. Dos controvertidas propuestas de enmienda constitucional (PEC) esperaban y eran consideradas por muchos respuestas “mensalao”: la del rechazado intento por eliminar al Ministerio Público en las investigaciones criminales y la aún pendiente para que el Congreso Federal revise y, en su caso, rechace decisiones del Supremo Tribunal de Justicia. Se suman propuestas de ley para acabar con la Ley Ficha Limpia –iniciativa popular-, que impide a los partidos nominar candidatos procesados y/o sentenciados.

 

Otros casos son los del presidente del Senado, cuya nominación fue rechazada por más de un millón 500 firmas ciudadanas y del presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados, evangélico orgulloso de su rechazo a las minorías y homofobia cuya más reciente ocurrencia es una ley para “curar” la homosexualidad.

 

En Brasil hay 27 partidos políticos con registro. Diez forman la base aliada, con 364 diputados (71%). El 17% son los 88 diputados de la oposición. El Ejecutivo se integran por los 39 ministerios que dan espacio, decisiones, poder y presupuesto a la base aliada. Además del ámbito federal, los partidos tienen presencia en los 26 estados más el Distrito Federal y en los más de 5 mil 500 municipios. Algunas preguntas del plebiscito serán por el financiamiento de los partidos y al sistema de voto –que es distrital y en México conocemos como mayoría relativa.

 

En tres semanas casi 500 ciudades se llenaron de brasileñas y brasileños que exigían al principio mayor calidad en los servicios públicos (movilidad urbana, salud y educación) y rechazaban los gastos derivados de la Copa Confederaciones y la Copa Mundial de Futbol 2014. Día a día la lista de demandas y de grupos aumentó. Las marchas continúan, si bien menos numerosas. La mayor parte terminan con actos vandálicos y enfrentamientos entre manifestantes y Policía Militar, heredada de la dictadura, cuya definición, estructura y procedimientos también contemplan las demandas de “la voz de las calles”.

 

En menos de un mes, la popularidad de Rousseff pasó de 57% a 30% y si hoy fuera la elección no ganaría en la primera vuelta. 8 de cada 10 brasileños apoyan las protestas y 69% está de acuerdo con el plebiscito para la reforma política. La balanza comercial tiene un déficit de 3 mil millones de dólares, el desempleo está en 5.8%, la inflación registró 6.51% en mayo -casi un 2% mayor al de hace un año- y el dólar continúa al alza.

 

La Copa Confederaciones terminó con Brasil campeón. El interés y apoyo que despertaron las manifestaciones no suplieron ni opacaron el gusto y orgullo por el futbol. Las tentaciones autoritarias acechan y son un riesgo, pero los campeones del futbol tienen frente a sí el reto de reformar sus instituciones y ampliar los beneficios de sus afanes y convicciones democráticas.

 

Congreso brasileño recibe propuesta de plebiscito

 

BRASILIA. —La propuesta del gobierno brasileño para realizar un plebiscito que conduzca a una reforma política responde a las demandas que durante las últimas semanas plantearon manifestantes en todo el país. Es también, la mejor salida política pues la reforma a la Constitución se estancó hace 17 años.

 

El martes, el vicepresidente Michel Temer y el ministro de Justicia, José Eduardo Cardozo entregaron la iniciativa con los cinco temas que abordará el plebiscito al presidente del Congreso, Renan Calheiros, pues la convocatoria y definición del plebiscito corresponden al Poder Legislativo.

 

Los temas son: el financiamiento de las campañas electorales, el sistema electoral por lista de partidos, distrito electoral u otro; la eliminación del cargo de suplentes en el Senado; la manutención de las coaliciones partidarias y la eliminación del voto secreto en el Congreso.

 

Ahora el financiamiento de las campañas es mixto, hay dinero público y se admiten contribuciones privadas. El sistema electoral por voto proporcional permite que partidos formen alianzas. Según el número de votos emitidos en un estado se define el número de votos para elegir los cargos de diputados, senadores y concejales, por lo que un candidato con muchos votos puede arrastrar a otros de la misma lista a ser electos incluso si no reciben suficientes votos por sí solos. El voto secreto en el Congreso impide saber qué legislador votó y cómo lo hizo. La idea de la reforma es que todos los votos sean abiertos. AP