En las primeras horas del jueves en Egipto, el ex presidente Mohammed Mursi fue puesto bajo “arresto domiciliario” por la Guardia Republicana para que no intente salir del país.

 

Lo anterior lo informó Gehad El-Haddad, portavoz de la Hermandad Musulmana a través de su cuenta de twitter.

 

Tras el anuncio de su destitución por las fuerzas militares, Mursi aseguró via un comunicado videograbado, transmitido por la cadena Al Jazeera antes de que se interrupiera su señal, que él es aún el presidente legítimo del país.

 

Agregó que está abierto a la negociación y buscaba establecer diálogo con el Ejército que comanda Abdul Fattah al Sisi.

 

Las Fuerzas Armadas egipcias depusieron a Mursi, elegido hace un año, y suspendieron la Constitución, en un movimiento que vuelve a situar a Egipto rumbo a lo desconocido y en el que se considera un atípico golpe de Estado.

 

Como interino en sustitución de Mursi, los militares designaron al presidente del Tribunal Constitucional Supremo, Adil Mansur, quien debe convocar y supervisar las próximas elecciones presidenciales.

 

En un discurso a la nación, el jefe del Ejército, Abdel Fatah al Sisi, anunció que el presidente tendrá todo el poder para hacer declaraciones constitucionales y para designar a un jefe de Gobierno con prerrogativas.

 

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