Nuevamente Paris se llenó de moda y diseñadores, los desfiles de la Semana de la Alta Costura, que concluyó ayer, coparon los lugares emblemáticos de la Ciudad Luz: el Grand Palais, el Palais Brongniart, el Canal de Saint Martin, el Teatro Nacional de Chaillot, el Museo de las Artes Decorativas o los jardines de las Tullerías.
Una de las casas emblemáticas del selecto club de la Haute Couture, Christian Dior, presentó una colección otoño-invierno 2013 dinámica, gráfica y deportiva, con siluetas equilibradas. La línea A que daba forma a vestidos largos se escribió en mayúscula: las formas fueron ampliándose a medida que se acercaban a los tobillos y conjugaron así la elegancia con el desenfado.
La gran revelación fue la diseñadora china Yiqing Ying, invitada especial a presentar sus trabajos en la semana de Paris, con diseños en los que juega con la esencia del otoño, cuando los árboles pierden sus hojas y exhiben sus ramas desnudas, varias de sus piezas tenían entretejidas una especie de raíces que iban de la cadera a la busto, impregnadas de voluptuosidad, suavidad y sensualidad.
Haute Couture:
Se refiere a la creación de prendas a la medida, realizadas de forma artesanal, con materiales de altísima calidad y cuidadísimos detalles. Los diseñadores crean una colección base y el cliente encarga su modelo particular hecho absolutamente a medida que puede llevar cambios adaptados a su personalidad o su tipología.
En el desfile de Atelier Versace destacaron los vestidos ajustados, los conjuntos de top y falda tubo o los cárdigans de piel. Los colores actuaron en solitario y predominaron las prendas en negro, aunque también tuvieron un papel destacado el rubí, el zafiro, el esmeralda, el púrpura y el gris metalizado.
El modisto francés Jean Paul Gaultier, desarrolló la estética del circo para moldear una colección con referencias felinas y bolsillos en forma de cucurucho. Las manchas del leopardo salpicaron medias, puños, estolas o abrigos, en una colección que rehuyó utilizar ningún tipo de piel, ya que Gaultier prefirió explotar las posibilidades del satén, los cristales Swarovski, el cuero o la seda para imitarla.
Por su parte, el venezolano Carvallo recreó el universo de la noche y de las aves rapaces en su segunda colección de alta costura, titulada Eagle Eye, en el que las plumas naturales -de ganso- o troqueladas en cuero -de avestruz o pavo real-, junto con los pendientes en forma de garra de pájaro, fueron la referencia más evidente a la ornitología.