La noche de este lunes unos mil 700 millones de musulmanes en el mundo comenzarán su ayuno anual de 28 días, el Ramadán, hasta el 7 de agosto. Eso significa que los creyentes del Medio Oriente (adonde se ubican Siria y Egipto, dos países en crisis política) y de todo el planeta no consumirán ningún alimento durante el día –cuando en pleno verano las temperaturas ascienden hasta a 40 grados centígrados y por la noche son de 35 grados-, que dedicarán su jornada diurna a la oración y reflexión para cenar hasta la noche.

 

En vísperas del Ramadán, es de temerse que Siria y Egipto sean escenarios de un mayor nivel de violencia. Así ocurrió hace un año en Siria y se teme que ocurra lo mismo en los enfrentamientos entre defensores del ex presidente egipcio Mohamed Mursi y sus opositores.