Desde la grama de Wimbledon hasta los lagos de Escocia, toda Gran Bretaña era una fiesta.

 

Andy Murray fue el responsable de la celebración al ser el primer varón británico en 77 años que eleva el codiciado trofeo de Wimbledon en el All England Club.

 

Murray tocó el cielo con las manos al vencer ayer domingo 6-4, 7-5, 6-4 a Novak Djokovic, y con ello puso fin a ocho décadas de frustraciones del tenis británico en su propia cuna.

 

Pese a ser conseguida en tres sets, la victoria fue lograda a costa de grandes esfuerzos. Fueron 3 horas y 9 minutos de largos peloteos y un game final que parecía eterno, en el que el ídolo local desperdició tres bolas de campeonato hasta que finalmente lo logró para alivio y desborde de entusiasmo del público.

 

“Imagínense lo que fue jugarlo”, dijo Murray. Pero todo salió a pedir de boca para el escocés que inscribió su nombre junto al de Fred Perry, el último varón británico que había ganado Wimbledon en 1936.

 

“Es el pináculo del tenis”, dijo Murray sobre su consagración en la Catedral. “Me fajé en ese último game, los puntos más duros de mi vida”.

 

Djokovic, el serbio preclasificado primero que ganó el título del 2011 en el All England Club, había ganado los tres últimos choques entre los dos y todavía lleva ventaja de 11-8.

 

En cuanto ganó el punto decisivo, Murray dejó caer la raqueta sobre el césped, se quitó la gorra y elevó el puño en dirección al público. Enseguida se trepó al palco de invitados donde lo aguardaban su novia Kim Sears y su entrenador Ivan Lendl.

 

Tanto en el segundo como en el tercer set el serbio pareció tomar el control del partido y durante largos pasajes enmudeció al público que incluía al primer ministro británico David Cameron.

 

Una y otra vez Murray salió adelante. En el tercer set, Murray perdió cuatro games seguidos para quedar en desventaja de 4-2, pero fue emparejando hasta ganar el capítulo decisivo imponiéndose en los cuatro últimos games.

 

Murray se había puesto 5-4 en 40-0 y todo parecía decidido. Pero los minutos siguientes parecieron eternos. Djokovic salvó los tres primeros puntos de campeonato pero a su vez desperdició tres oportunidades propias.

 

Finalmente Murray cerró el partido cuando un revés de Djokovic dio en la red. Minutos después, el campeón de 26 años estaba besando el trofeo.

 

“No sé cómo logré completar ese game final, fue increíble con tres puntos de match”, comentó Murray. “Estoy muy feliz de haberlo logrado finalmente”.