EL CAIRO. Egipto, el país más desarrollado del Mundo Árabe, amaneció con Mohamed el-Baradei como vicepresidente y Hazem el-Beblawi como primer ministro. Los nombramientos, realizados tras los funerales de más de 50 partidarios del depuesto ex mandatario, buscan sacar del estancamiento político al gobierno del presidente interino Adli Mansur a partir de las enmiendas constitucionales y del programa para las elecciones.
Los ajustes gubernamentales de Mansur ocurrieron en el día que se considera como el de mayor violencia letal desde el 3 de julio, cuando el presidente Mursi fue depuesto. El lunes, las fuerzas de seguridad mataron a más de 50 de los partidarios del ex presidente, razón por la que el principal imán del país habló sobre la posibilidad de una guerra civil.
Los enfrentamientos entre partidarios de Mursi y del nuevo gobierno llevaron a Navi Pillay, la Alta Comisionada de Naciones Unidas para Derechos Humanos (ACNUDH), a urgir al gobierno interino de Egipto para que investigue los hechos. La vocera de ACNUDH, Cécile Pouilly, pidió que la indagación que realice la comisión judicial que formó el nuevo mandatario egipcio sea imparcial, independiente, transparente, completa y expedita, además de llevar ante la justicia a los responsables.
El jeque Ahmed el-Tayeb, el gran imán de Al-Azhar, la institución musulmana suní más importante, exigió que un comité de reconciliación con plenos poderes trabaje inmediatamente y que las personas detenidas en los últimos días sean puestas en libertad. Cinco figuras prominentes de la Hermandad han sido encarceladas desde la caída de Mursi, y el propio Mursi está detenido en un lugar desconocido.
La designación de Mohamed el-Baradei, muy apreciado en Occidente, como vicepresidente egipcio, busca articular el gobierno de coalición en preparación de las elecciones parlamentarias. El nombramiento de Hazem el-Beblawi como primer ministro, por su experiencia en finanzas y economía, se observa como la apuesta del régimen para atender las demandas ciudadanas que auspiciaron la caída del presidente Mohamed Mursi.
El-Beblawi fue Ministro de Finanzas en uno de los primeros gabinetes formados tras el levantamiento de 2011 que depuso al autócrata Hosni Mubarak. Renunció en protesta en octubre de 2011 cuando 26 manifestantes, la mayoría cristianos, fueron asesinados por las tropas y las fuerzas de seguridad en una operación de represión. La buena noticia para el presidente interino, Adli Mansur, fue el ofrecimiento de los Emiratos Árabes Unidos para concederle préstamos y fondos por tres mil millones de dólares al nuevo gobierno.
En un mensaje por la televisión, el general Abdel Fatah al-Sissi, jefe de las fuerzas armadas del país, dijo que la declaración constitucional y mapa de ruta del presidente Mansur dan una seguridad “más que suficiente” de que el país se mueve en la dirección correcta.
En contraste, la Hermandad Musulmana rechazó el calendario electoral anunciado por el liderazgo al que respalda el ejército, y que establece una vía rápida para enmendar la Constitución redactada por los islamistas y celebrar nuevas elecciones parlamentarias y presidenciales a principios del año próximo.
Programa electoral
El presidente interino, Adli Mansur, propuso crear dos mesas de debate para enmendar la Constitución que se aprobó en el gobierno de Mohamed Mursi. Una, integrada por jueces, presentaría las enmiendas. La otra, formado por grupos sociales y movimientos políticos, debatiría las enmiendas y las aprobaría. La nueva Constitución se someterá a referendo en los próximos cuatro meses y medio.
Dos meses se celebrarían elecciones parlamentarias, y cuando sesione el nuevo Parlamento, en una semana establecería fecha para la elección presidencial.