LOS ÁNGELES.  El piloto al mando del vuelo de Asiana Airlines accidentado el sábado en el aeropuerto de San Francisco (California) vio un destello de luz, en plena maniobra de aterrizaje, que lo cegó momentáneamente, según indicaron hoy las autoridades.

 

Ese halo de luz se produjo cuando el aparato se encontraba a unos 150 metros de tomar tierra, según la confesión del piloto.

 

“Realmente no sabemos de qué se pudo tratar”, admitió la directora de la Junta Nacional de Seguridad del Transporte (NTSB), Deborah Hersman, en una rueda de prensa en la que confirmó que tanto el piloto encargado del aterrizaje como el piloto instructor habían dormido ocho horas la noche anterior al accidente.

 

Hersman indicó que el piloto al mando de la nave tuvo el día libre antes de comenzar el vuelo. Una vez en el avión, ambos pilotos trabajaron durante cuatro horas y 15 minutos, momento en el que los otros dos pilotos a bordo asumieron los mandos.

 

Los dos pilotos principales retomaron sus posiciones para la hora y media de vuelo final.

 

Asimismo, detalló que los pasajeros del vuelo 214 de Asiana Airlines recibieron notificación de permanecer en sus asientos dentro del Boeing 777 accidentado, y que la evacuación comenzó a producirse cuando un auxiliar de vuelo comprobó que había fuego en el exterior de la nave.

 

Los pilotos fueron los encargados de dar esa orden inicial de permanecer en el aparato. Según Hersman, estaban pendientes de recibir órdenes por parte de los controladores aéreos.

 

Dos salidas de emergencia en la parte izquierda del avión se abrieron 90 segundos después de que el avión se detuviera por completo y se desplegaran las rampas de evacuación.

 

Dos de esos mecanismos se abrieron hacia dentro en vez de hacia el exterior atrapando a dos auxiliares de vuelo, indicó Hersman.

 

Actualmente se investiga la razón por la que las rampas se abrieron de esa manera.

 

Dos personas murieron y decenas resultaron heridas después de que las ruedas de aterrizaje y la parte trasera del avión golpearan un dique antes de que el aparato tomara tierra.

 

Lee Hang-kook, el piloto encargado del aterrizaje, que se encontraba en prácticas de un Boeing 777, dijo a los investigadores que sabía que el aparato estaba volando demasiado bajo cuando se aproximaba a la pista de aterrizaje, por lo que trató de corregir el rumbo y abortarlo.

 

Para Lee Hang-kook era su primera vez aterrizando un Boeing 777 en el aeropuerto de San Francisco. Según las grabaciones registradas, Lee y su instructor no se comunicaron entre ellos hasta dos segundos antes de que se produjera el choque.

 

La investigación del accidente sigue en desarrollo y podría alargarse durante meses.

 

En tanto, los sobrecargos y tripulación de la aeronave, arribaron este jueves a Corea del Sur.