Los mensajes colocados junto a las taquillas y en los vagones del Metro con leyendas como “Se suspende tiempo extra suplementario” o “Queremos un Metro sin Joel Ortega” parecen no alterar la marcha de este sistema de transporte. Los usuarios pasan, indiferentes al conflicto entre la empresa y el sindicato que amenaza con parar el servicio.
Los avisos dirigidos a los “trabajadores” y al “público en general” fueron colocados hace más de una semana como parte de una pugna entre el Sindicato Nacional de Trabajadores del Sistema de Transporte Colectivo Metro, que lidera el priista Fernando Espino, y la empresa dirigida por Joel Ortega.
En los desplegados las acusaciones son mutuas y sobre muy diversos asuntos, en el fondo está una añeja disputa por la basificación de más de dos mil 300 plazas de confianza.
En los pasillos de las líneas 1, 5 y 9, que corren de Pantitlán hacia las estaciones Observatorio, Tacubaya, Politécnico, así como por la línea 2 que va de Tasqueña a Cuatro Caminos, sólo unos cuantos usuarios detienen su marcha para echar un vistazo a los mensajes, muchos de los cuales están ya rayados con leyendas como “Fuera Joel Ortega, asesino del New’s Divine” o “Queremos un Metro sin Joel Ortega, policía corrupto”.
La amenaza de paro tampoco ha permeado lo suficiente entre los propios trabajadores del sistema, ajenos a un conflicto que, dicen, atañe a la cúpula sindical y la empresa.
“Nosotros venimos a trabajar. Todos esos asuntos los tratan arriba y sólo nos avisan cuando ya toman las decisiones, mientras nosotros seguimos con nuestras labores, como siempre”, aseguró Gerardo, vigilante de la Línea 5 que lleva “bastantes años” con una plaza de confianza.
En la Línea 1, Alonso, quien como empleado de confianza realiza labores de vigilancia desde hace 28 años y para quien una eventual basificación no tendría beneficio alguno. En el momento de su jubilación, “en lugar de que me den una pensión de 40 días por año trabajado, si me dan la base sólo me tocarían 25 días”.
En algunas cabinas de las terminales de las diferentes líneas del sistema hay avisos escritos en papel reciclado donde se informa que “se suspende tiempo extra suplementario”.
Luis, un operador de la Línea 2, considera que se trata de una medida similar a la que el sindicato tomó los pasados 26 y 27 de junio, para presionar a la dirección general para que atienda sus demandas de basificación de plazas, además de mejora de servicios de comedor y mantenimiento a trenes.
De no existir una respuesta, dijo Espino Arévalo a 24 HORAS hace unos días, esta semana se emplazaría a un paro de labores, aunque a la fecha no se ha concretado.
“Está cabrón que se haga un paro, porque se trata de afectar a Ortega, no a los usuarios. Pero si Espino llega a tomar la medida todos los trabajadores tienen que participar, aunque no quieran”, agregó el operador.
El lunes pasado, autoridades del Metro y líderes sindicales pospusieron una reunión pactada para resolver las supuestas demandas de los trabajadores.