Los contratos de exclusividad con las dos grandes empresas han sido una limitante para una mayor difusión y comercialización de los productos de las microcervecerías, sector que no obstante ha mostrado un importante auge entre los mexicanos
De acuerdo con datos de la Asociación Cervecera de la República Mexicana (Acermex) la cerveza artesanal significa alrededor de 0.3% del total del mercado nacional de la bebida; sin embargo es un segmento que muestra un crecimiento sostenido de casi 50% anual durante la última década.
La Cámara Nacional de la Industria de la Cerveza y la Malta (Canicerm) advierte que el consumo nacional de cerveza en México es de 62 litros de cerveza por persona al año. En el mundo, el principal consumidor de cerveza es la República Checa con 189 litros per cápita anual, seguido de Alemania con 131 litros, Inglaterra con 103, Estados Unidos con 85, España con 66, Japón con 57.
Esta situación de México en la lista de honor lo reafirma como un punto estratégico para la proyección de panorama más amplio de marcas y tendencias. Es el país más cervecero de América Latina. Hay 63 millones de consumidores de cerveza y cada año se suma un millón, de acuerdo con Fomento Económico Mexicano (Femsa).
La Asociación engloba a 36 empresas; sin embargo en el país existe una gran diversidad de negocios, incluyendo nanocervecerías, pequeñas empresas caseras que también comercializan sus productos.
“Debemos ser cuidadosos y proteger la industria. Creo que estamos ante un gran nicho de oportunidades, pero también tenemos que ser muy respetuosos de la calidad de los procesos y de movernos adecuadamente en el marco fiscal. Ya nada más producir cerveza como una empresa establecida implica 40% de impuestos que no pagan los negocios no registrados.
CON LOS SABORES DE MÉXICO
Una producción anual no mayor a los 5 millones de hectolitros (hl); una participación no mayor de 25% de un grupo empresarial; y la fabricación tradicional con base 100% de malta, sin adjuntos, como no sea para mejorar la calidad de la bebida, no para abaratarla, son los parámetros principales de definición de una cerveza artesanal.
En 2013, a partir de las tendencias desarrolladas en los últimos años, Minerva tiene un paso estratégico con el crecimiento de sus instalaciones en función de optimizar y conjuntar operaciones; además de su entrada a puntos de venta como 7-Eleven y la apertura de nuevos Depósitos, espacios de venta, en Colima; Aguascalientes; la colonia Roma, en el DF; y en la colonia Providencia, en Guadalajara.
“En 2012 produjimos 9 mil 500 hl, ya expectativa para este año es de 14 mil hl. Todo viene como parte de un crecimiento orgánico, en timing con la expansión de la cultura cervecera y del trabajo de búsqueda y difusión que hemos realizando desde hace 8 años que fundamos la empresa. En un país con tanto gusto por esta bebida, lo importante ha sido abrir nuevas opciones para los consumidores.
“Al principio mis socios no estaban muy de acuerdo con mis propuestas de cervezas. Me decían ‘hazte algo parecido a la Corona’. Pero la gente quiero probar otras opciones, y si se trata de ser diferente, que las cosas sean entonces bien diferentes. Actualmente la Stout y la Pale Ale son las favoritas de nuestros consumidores, que además son de diferentes perfiles y edades. En realidad se tratan de personas que tienen en común el interés de disfrutar una experiencia única en torno a la cerveza”, precisa Briseño.
A la par con las tendencias mundiales, Minerva ha incursionado asimismo en el terreno de los maridajes, con atractivas propuestas para la cocina mexicana y en sintonía con chefs como Pedro Abascal.
“En México tenemos una tendencia natural para comer con cerveza. No tengo nada en contra del vino, soy un entusiasta de esta bebida, pero creo que podemos lograr estupendos maridajes, sobre todo ahora que se ha ampliado nuestro panorama de opciones. Faltaba más cultura y también variantes. En el mundo de la cerveza, la variedad de procesos, en sintonía con la materia prima, nos da un universo de posibilidades que repercute positivamente en la experiencia gastronómica”, puntualiza.
En línea también con una labor de divulgación y formación, la empresa ha desarrollado en Guadalajara el Taller Minerva, espacio donde además la inobjetable posibilidad de apreciar las variedades de la cervecería, Colonial, Viena, Stout Imperial, Pale Ale y Malverde, se ofrecen diversos cursos y talleres para principiantes y avanzados, desde un recorrido por la cultura cervecera y los diferentes estilos de la bebida, hasta cursos avanzados para la elaboración de cervezas 100% de malta. De igual modo están a la venta ingredientes e implementos para la fabricación de cerveza artesanal. Incluso puede asistir un maestro cervecero a elaborar su propia cerveza con un grupo.
“La industria cervecera no es un círculo cerrado, solo para unos cuantos. Es un mundo abierto donde no podemos vivir con el celo de la información. Las recetas están ahí, al alcance de todos, lo mismo que los productos. Depende de cada quien hacer su mejor esfuerzo, pero es ante todo un conocimiento y una experiencia para compartir”, subraya Jesús Briseño.