AUSTIN, Texas. Las protestas entre distintos sectores de la población texana, luego que la mayoría republicana restringió una iniciativa de ley para la realización del aborto en aquel estado, persistía ayer. Ahora, se prohíbe que un aborto de practique pasadas 20 semanas de gestación. Con esa decisión, el debate en torno al tema, que ya lleva varias semanas, dio un giro sustantivo para activistas y la población.
La iniciativa ordena que las clínicas que practican esta actividad se adapten al sistema de los centros de cirugía ambulatoria y que sean médicos capacitados quienes atiendan a las pacientes.
También pide que los médicos que realizan abortos tengan privilegios de admisión en un hospital dentro los 48 kilómetros de la clínica en donde están proporcionando servicios.
Asimismo, limita el uso de la droga RU486, una hormona sintética abortiva que bloquea la progesterona (hormona indispensable para que se mantenga el embarazo).
La mayoría republicana votó sin cambios, y todos los demócratas, excepto uno en contra.
Activistas y críticos manifiestan que esa decisión clausuraría la mayoría de las clínicas que practican el aborto en ese estado, orillando a mujeres de comunidades rurales a acceder a abortos clandestinos.
Por su parte, el gobernador republicano Rick Perry celebró esa iniciativa y dijo que es para proteger la salud de las mujeres. En los próximos días, él será encargado de promulgar la ley. “Hoy, la Legislatura de Texas dio un paso final en nuestro histórico esfuerzo por proteger la vida”.
Las enmiendas propuestas variaban desde excepciones por violación e incesto, hasta permitir a los doctores más libertad de acción para recetar fármacos que induzcan el aborto. Pero los republicanos rechazaron todas.