MADRID. Siete pinturas de grandes artistas, entre ellos Picasso, Matisse y Manet, con un valor estimado de decenas de millones de dólares, fueron quemadas por la madre de un ladrón.
El atraco, el mayor en más de una década en los Países Bajos ocurrió en 2012 cuando desaparecieron de galería Kunsthal de Rotterdam, a plena luz del día, siete de pinturas de algunos de los más famosos pintores de la historia.
La sospechosa de tal acto es la madre de Radu Dogaru, una de las tres personas encarceladas en enero acusadas del robo y que continúan en prisión.
La mujer asegura que actuó así por miedo y para que los lienzos nunca se encontraran, no hubiese pruebas y los acusados, entre ellos su hijo, no fueran condenados.
“Preparé primero el fuego en la chimenea de mi cuarto de baño. Después, me desplacé al cementerio y desenterré los cuadros y los llevé a mi casa. Metí la bolsa en las quie estaban las siete pinturas en la chimenea. Puse madera, zapatos, botas de goma y esperé a qie se quemaran completamente”, relató Dogaru.
Tras ser halladas carbonizadas, la fiscalía de Rumania, Gabriela Chiru informó que está analizando las cenizas de una estufa para comprobar si se tratan de los restos de las obras de arte.
Con información de ABC.