Cuando escuchamos la palabra hacker, lo primero que se nos viene a la mente es una alerta, un geek que extrajo información de las computadoras del Pentágono, un grupo anónimo que acaba de tirar los servidores de una corporación con fines políticos o algo mucho peor: se infiltraron a nuestro email.

 

La palabra hacker se ha utilizado desde los años 60 en cuestiones de informática, cuando las computadoras empezaban a evolucionar, y con la aparición de las primeras redes e internet.

 

Ahora, la connotación ha cambiado drásticamente. Los gobiernos y las grandes corporaciones reclutan el mejor talento en todo el mundo para aumentar sus niveles de seguridad. A nivel educacional, podemos encontrar los famosos hackatones, que son eventos de corta duración para desarrollar algún tipo de software. Incluso, en las bolsas de trabajo podemos encontrar posiciones con el título de Hackers.

 

Los white hatso hackers con ética, pelean para que el término no sea utilizado genéricamente, y que los black hats o programadores que intentan corromper cualquier sistema informático sean llamados crackers. También podemos encontrar gray hats, hackers que corrompen sistemas, pero que no actúan con intenciones de provocar un daño.

 

Buenos o malos

 

Temerle a los hackers o no es como temerle a la gente o no. Cada quien hablará según le haya ido, pero siempre es recomendable tomar precauciones y no exponer nuestra información sensible, cambiar las contraseñas constantemente y buscar fuentes confiables para descargar o enviar información. Sin embargo, nuestra información siempre estará expuesta, ya que ningún sistema es incorruptible.

 

Hay que tomar en cuenta que también existe información que generamos al crear o editar algún archivo, mejor conocida como metadata. Desde crear un archivo en Office o generar algún PDF, estamos exponiendo nuestros datos, como el nombre del autor, fechas de modificación, quién lo modifica, a qué empresa perteneces, entre otros, que pudieran no ser datos sensibles de primera impresión. Pero qué pasa cuando tomamos una foto con nuestro smartphone y la compartimos por redes sociales o la enviamos por email. Tú nombre, tipo de dispositivo, ubicación, a quién y cuándo se envió, entro otros datos, son almacenados y podrían ser consultados sin ninguna restricción.

 

Como individuos estamos realmente solos y nuestros sistemas de seguridad no tienen nada que hacer cuando un hacker profesional intenta acceder a nuestra computadora o a nuestros dispositivos conectados a internet. Incluso, el mismo gobierno en su papel de hacker ya nos tiene identificados y controlados a través de sus nuevas leyes de geolocalización y acceso a la información.

 

No todo es negro y alarmante; los hackers también pueden convertirse en héroes y luchar por causas “buenas”, por exhibir la verdad, hasta crear grupos y organizaciones con diferentes fines ya sean políticos y/o sociales, como en el caso de Anonymous (@AnonyOps) y Wikileaks (@wikileaks).

 

Adicionalmente, compañías privadas y públicas en Norteamérica han formado  un grupo de poder muy importante liderado por Google, Facebook y Yahoo, todas pertenecientes al ramo de la información tecnológica, que contribuyeron para detener la llamada la ley SOPA (The Stop Online Piracy Act) y que gracias a su influencia en el mercado de valores, no se ha privatizado ni censurado internet.

 

Recordemos que a finales de los 90, grandes corporaciones pertenecientes a la industria de la música  demandaron a Napster, un servicio en línea para compartir principalmente archivos de música. Este suceso fue un parteaguas en la legislación y derechos de autor en internet, el primer gran juicio en la era de internet.

 

Debido al gran y rápido crecimiento de la industria tecnológica, podemos ver cómo las nuevas celebridades se empiezan a concentrar en este campo. Recordemos la tan gloriosa despedida de Steve Jobs; Mark Zuckerberg, el segundo billonario más joven de la historia; Larry Page y Sergey Brin, fundadores de Google, que muestran un amplio dominio en el mercado y son indiscutiblemente los que están guiando el futuro de internet.

 

Esta industria alimenta a miles de hackers, creando un nuevo mundo en las aplicaciones móviles. Un empleo que es mucho mejor pagado que profesiones como abogados y médicos, consideradas de las más rentables hasta ahora.

 

El futuro hoy

 

Desde la creación de Hotmail, el ICQ y Messenger, a redes sociales como Myspace, Hi5, la gloriosa entrada de Facebook, Twitter, Instagram, y ahora con el auge de aplicaciones sociales para dispositivos móviles como BB Messenger, Whatsapp y Waze, por citar algunas. Todas han jugado un papel protagónico en su tiempo y han guiado a un cambio en la interacción entre las personas.

 

El mundo virtual crece a pasos agigantados. El smartphone se convierte en nuestro mejor amigo y en él depositamos toda nuestra confianza, al grado de sentirnos desprotegidos cuando lo dejamos en casa.

 

Pero sobre todo, hay que ser cuidadosos con estas aplicaciones que utilizamos día a día, ya que siempre están manejando información sensible y geolocalización, que es más delicado y más preciso que la ubicación que genera la IP de una computadora. Será cuestión de minutos para que den con nosotros.

 

El desarrollo de las aplicaciones crece agigantadamente, y nos seguirán impactando con nuevas entregas. Un experimento muy interesante que seguramente ya se está llevando a cabo, es la mezcla de Social Media y Realidad Virtual. Imagine conectarnos a un programa que mezcle teconología de Second Life (un mundo virtual y red social) con nuestro cerebro para recibir todo tipo de sensaciones, y que la realidad virtual sea genuina. Creando redes sociales casi verdaderas y experiencias de acuerdo con nuestras preferencias.

 

Un mundo donde podamos ser rock stars y vivir diferentes vidas y experiencias.  ¿Cuánto pagaríamos por experimentar algo así, por crear nuestra propia realidad, nuestras propias reglas y por gobernar un mundo?

 

¡Momento! ¿Y si nosotros ya somos parte de una realidad virtual? ¿O si nuestra realidad virtual fuera hackeada? Un mundo de posibilidades y un gran tema para filosofar, pero qué más da, disfrutemos de este mundo real o virtual.

 

Y por si las dudas, este artículo se autodestruirá en 3, 2, 1…