El presidente Enrique Peña Nieto reinició los trabajos de la Cruzada Nacional contra el Hambre en el municipio de Martir de Cuilapan, en Guerrero, tras una pausa que el mandatario atribuyó a los señalamientos “infundados” sobre el presunto uso de programas sociales con fines electorales.
El lugar para relanzar la estrategia que se alza como el estandarte de la política social del actual gobierno es el mismo donde hace cinco meses se dio el banderazo al programa en su fase piloto.
Como ocurrió el 21 de enero en las Margaritas, Chiapas, cuando se anunció el programa, y el 19 de abril, en el municipio de Zinacantán, en la misma entidad, cuando arrancó formalmente la Cruzada, el mandatario se hizo acompañar de buena parte de su gabinete. En esta ocasión acudió como testigo el presidente guatemalteco Otto Pérez Molina.
Pasadas las 13:30 horas, el gobernador de la entidad, Ángel Aguirre, fue el encargado de dar la bienvenida. En su discurso de poco más de seis minutos reconoció que Guerrero ha sido cuna de guerrillas “porque aquí –dijo- viven los más pobres y eso es algo que no se ha querido entender”. Por ello, urgió al gobierno federal a voltear hacia el sur.
En este contexto, Aguirre aprovecho para hacer una solicitud al Ejecutivo para que en los próximos dos años se otorguen al estado 600 millones de pesos adicionales para erradicar el hambre y la pobreza.
Después toco el turno a Rosario Robles, titular de la Sedesol, cuyo mensaje fue para establecer las diferencias de la actual Cruzada con administraciones anteriores. Por primera vez, dijo, se reconoció que hay hambre en el país, además de que ahora existe coordinación entre los programas sociales, subrayó.
Sin dar cifras sobre los avances del programa en el municipio, Robles Berlanga señaló que desde su arranque en febrero los propios habitantes han referido que “no quieren depender de gobierno, sino recuperar su capacidad productiva; esa es otra de las grandes diferencias de esta estrategia: deja atrás el viejo prejuicio de que estas comunidades no tienen potencial productivo y de que están condenadas a vivir sólo de subsidios”.
Tras las palabras de Robles, el titular del Ejecutivo tomó protesta a 250 jóvenes de la Universidad Autónoma de Guerrero que participarán como brigadistas. El mensaje fue interrumpido por los gritos de manifestantes que se hicieron presentes en el acto. El presidente, desconcentrado por el hecho, titubeó en su discurso y respondió: “con mucho gusto al término del evento les prestaré toda la atención”.
Después del incidente, el presidente Pérez Molina señaló la importancia de su viaje debido a que en Guatemala se está implementando un programa similar: “Pacto Hambre Cero”, que suma esfuerzos de gobierno, empresas, organizaciones civiles y ciudadanía para abatir la desnutrición.
“La lucha de Genaro Vázquez, seguida después por Lucio Cabañas y posteriormente con el Ejército Popular Revolucionario (EPR) y el ERPI no se debió porque Guerrero o Chiapas sean proclives a la violencia, se dio porque somos los más pobres del país y es algo que no hemos querido entender”
Ángel Aguirre
Gobernador de Guerrero