MOSCÚ. Se llama Alexei Navalni, es abogado y en 2009 fue condenado por robar 10 mil metros cúbicos de madera con valor de casi medio millón de dólares. En diciembre de 2011 organizó la mayor protesta antigubernamental en Rusia desde la desaparición de la Unión Soviética y en los últimos tiempos destacó como bloguero. Ayer fue condenado a cinco años de prisión y una hora después de la sentencia, el mercado de valores ruso perdía 2% y los reclamos diplomáticos llegaban de todo el planeta.

 

El juez Serguei Blinov argumentó que la culpabilidad de Navalni se sustenta en las declaraciones de los testigos. A la sombra del relieve mediático del caso permanece un segundo personaje: Piotr Ofifsérov, ex directivo de la empresa maderera que supuestamente se benefició del fraude por el que es acusado Navalni. El veredicto se produjo pese a que algunos analistas pronosticaban la suspensión de la condena  y ahora su defensa explica que apelará.

 

El presidente ruso, Vladimir Putin, niega que su gobierno tenga rasgos estalinistas y que en Rusia se encarcele a los opositores por motivos políticos.

 

“Nadie mete especialmente a alguien entre rejas por motivos políticos. No por ideas políticas (…), sino por violaciones de la ley. Nadie debe albergar la ilusión de que si alguien grita ‘al ladrón’ a esa persona se le va a permitir robar”.

 

Por la condena en su contra, el ex candidato a la alcaldía moscovita renunció a la candidatura de las elecciones municipales del 8 de septiembre. Esos comicios serán los primeros en 10 años y se consideran como la oportunidad de la oposición para desbancar a un alcalde del partido Rusia Unida.

 

Tras escuchar el fallo del tribunal de la ciudad de Kirov, a 900 kilómetros al este de Moscú, Navalni escribió en su cuenta de twitter: “No me echen de menos”. El exitoso bloguero recibe más de un millón de visitas mensuales por sus denuncias de casos de corrupción y clientelismo, la mayoría atribuidos a miembros del “partido de ladrones y sinvergüenzas”, como define a la formación Rusia Unida, a la que pertenece el presidente Vladimir Putin.

 

En reacción a la sentencia, el embajador estadunidense en Rusia, Michael McFaul, manifestó su “profunda decepción” con lo que llamó “las claras motivaciones políticas del proceso”. Se sumó la de Catherine Ashton, jefa de la diplomacia europea, para quien el fallo plantea “serias dudas sobre la situación del estado de derecho en Rusia”.

 

La organización rusa de derechos humanos Memorial, nominada al Premio Nobel de la Paz, declaró a Navalni “preso político”. Y el último dirigente soviético, Mijaíl Gorbachov, calificó de “inadmisible” la manipulación política de los tribunales para luchar contra la oposición, según La voz del Kremlin.

 

Economistas citados por el digital Gazeta.ru, refieren que una hora después de la sentencia a Navalni, la bolsa de valores rusa perdió 2 %, equivalente a medio billón de rublos, unos 11 mil 800 millones de dólares.