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Alemania rindió hoy homenaje al grupo de militares alemanes que organizaron la “Operación Valkiria”, el frustrado atentado contra Adolf Hitler del 20 de julio de 1944, del que hoy se cumplen 69 años.
En una jornada con distintos actos de recuerdo para el líder de la trama, el coronel del Estado Mayor Claus Schenk von Stauffenberg, y sus colaboradores, destacó el mensaje del presidente alemán, Joachim Gauck, a media tarde ante el icónico Reichstag de Berlín, la actual sede de la Cámara baja.
“El 20 de julio nos trae a la memoria a estos soldados que no sólo conocían las órdenes y la obediencia, sino que al final dieron prioridad a su conciencia”, destacó Gauck, un expastor luterano, ante 500 soldados del Bundeswehr (Ejército alemán).
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A su juicio, la obediencia militar a sus superiores tiene como “fronteras” las violaciones contra “los derechos y la dignidad humana”, por lo que “también los soldados tienen el derecho a la Resistencia, cuando el orden democrático de libertades está en peligro”.
Por eso, argumentó Gauck, el intento de Stauffenberg “de acabar con el régimen de Hitler no tuvo éxito, pero en absoluto careció de sentido”.
La jornada de conmemoración del frustrado atentado arrancó a mediodía (10.00 GMT) con la ofrenda de una corona de flores en el cementerio conmemorativo del Blenderblock, el edificio del Ministerio de Defensa alemán en Berlín donde se trazó la “Operación Valkiria” y donde, tras su fracaso, fueron ejecutados sus miembros.
A las cuatro de la tarde (14.00 GMT) tuvo lugar por su parte un acto de recuerdo presidido por el ministro de Defensa, Thomas de Maizière, en el Memorial de Plötzensee, donde se recuerda a los miles de condenados a muerte por el sistema judicial nazi.
El 20 de julio de 1944, un año antes del final de la II Guerra Mundial, el conde de Stauffenberg colocó un maletín con una bomba activada bajo la mesa donde Hitler tenía previsto reunirse con su Estado Mayor en su cuartel general de Prusia Oriental, en Ketrzyns (actual Polonia), la conocida como Guarida del Lobo.
Cuatro de las veinticuatro personas que se encontraban en la sala cuando explotó el maletín murieron, pero Hitler sólo sufrió heridas leves, ya que uno de los presentes empujó con el pie el maletín antes de la detonación, alejando así la carga mortal de su objetivo.
Stauffenberg, un oficial de 36 años que había perdido un ojo, la mano derecha y dos dedos de la izquierda en la campaña de África, perpetró el atentado que empezaron a fraguar años atrás militares como Ludwig Beck y civiles como Carl Friedrich Gordeler, y que se materializó unas semanas después del desembarco de Normandía.
Esa misma noche, el conde y sus tres acompañantes, que habían regresado a Berlín sin saber de su fracaso, fueron ejecutados en el patio del Bendlerblock y Hitler lanzó una arenga por la radio para demostrar que seguía vivo.
Otros doscientos implicados en la “Operación Valkiria” fueron asesinados o internados en campos nazis en los días siguientes.
Desde ese 20 de julio de 1944 y hasta la capitulación, el 8 de mayo de 1945, millones de personas -incluidos unos cuatro millones de alemanes- murieron bajo los bombardeos sobre ciudades, en los frentes de la contienda y en los campos de concentración nazis.