La pista se llena de tatuajes de todas formas y tamaños. Las llantas de los patines desprenden el fétido olor del Punk en cada derrape mientras las caderas chocan a ritmo de Rockabilly. El maquillaje Pin-Up es sólo un accesorio que acompaña las medias de red y los diminutos shorts. No te asustes: sólo son Lizzy Bloodyscabs, Sin Piedad, Satan’s Twin, Lucy Massacre y Dead Vader.

 

Más de 70 años han pasado desde que el periodista deportivo Leo Seltzer le adjudicara a este juego de contacto el nombre de Roller Derby, después de muchos intentos por comercializarlo, en 2001 se forma en Texas la Bad Girl Good Woman con solamente 4 equipos.

 

Para 2006 el Derby se vuelve famoso a nivel internacional gracias a la liga canadiense Terminal City Rollergirls, años más tarde existen casi 500 ligas amateurs en todo el mundo, desde Alemania e Inglaterra hasta Australia.

 

Tres años en el país

 

En México tardó en llegar, lo hizo tímidamente en 2010 cuando se crearon dos ligas en el Distrito Federal: Liga Roller Derby DF con 3 equipos femeniles (Catrinas, Burdel Zombie, TeKillerAss) y 2 de hombres (Minotauros y Lobos!), y la MXRD, igual con 3 equipos de mujeres (Jokers in the pack, Bastardettes, Brujas Gato) y 1 equipo de varones (Disorder). Hace unos meses surgió la Liga Tenochtitlán Roller Derby con 1 equipo femenil (Carnívoras).

 

Discretamente se fue diseminando en todo el país con el avance y gusto de las nuevas generaciones por las disciplinas extremas. Hace un año, en La Arena Santa Lucía de Monterrey, se realizó el 1er. Torneo Nacional de Roller Derby varonil y femenil con la participación de las ligas de Querétaro, Guadalajara y las dos del DF. El resto del país no se quiere quedar atrás: ciudades como Tijuana, Juárez, León, Puebla, Mérida, Veracruz y Mexicali ya cuentan con sus propias ligas de este desenfadado deporte.

 

El caso de Lizzy Bloodyscabs (fundadora de la liga MXRD) es arquetipo de muchas otras mujeres que aman patinar. Un día conoció el Derby, investigó y no encontró nada. De pronto se le hizo fácil hacer un equipo con su hermana Lucy Massacre y sus amigas, pero nunca imaginó lo que le esperaba: “Comenzamos a entrenar en Ciudad Deportiva, luego debajo de un puente vehicular porque empezaron las lluvias. Carecíamos de lo más básico, sufríamos un chingo porque no había baños y teníamos que ir a la gasolinera que estaba a dos calles, eso hasta que encontramos el Deportivo Morelos y lo pudimos rentar”.

 

Peralvillo (muy cerca de Tepito) es testigo del furioso andar de las patinadoras de MXRD, ellas chocan a alta velocidad, caen sobre el cemento frío para levantarse una y otra vez. Sus figuras engañosamente delicadas aprenden a usar el peso y la velocidad con inteligencia, princesas a la hora de rodar, amazonas al competir pero siempre colegas sobre ruedas, verlas patinar es por sí solo un deleite.

 

Por increíble que parezca, el Roller Derby está creciendo enormemente a nivel mundial. Hay ligas en países como Egipto, Israel, Japón y Perú. No por nada (con trece países representados y más de mil 500 asistentes diarios) Toronto acogió a finales del 2011 la primera Copa del Mundo de la especialidad. Ahora la discusión es si el Roller Derby puede formar parte de los Juegos Olímpicos del 2020.

 

El motivo de tal éxito es que el Roller Derby no es sólo un deporte, sino que combina la cultura callejera, el arte, la música y además fomenta la convivencia. No importa de dónde seas o cómo te vistas, aquí todos te aceptan.

 

Históricamente este deporte ha sido testigo de una serie de modos contrastantes de subsistencia, desde el show de los años 80 hasta su forma moderna a la Grrrl power, aquella frase que inmortalizara la banda Bikini Kill.

 

La liga no recibe apoyo de ningún nivel de gobierno a pesar de su beneficio social. Los deportistas tienen que comprar su equipo en Estados Unidos: patines quads, rodilleras, coderas, muñequeras, casco y protector bucal.

 

Además cada miembro de la liga paga 120 pesos al mes para la renta del gimnasio. Una inversión que vale cada peso en un país donde lo urgente son opciones de convivencia sana para las jóvenes generaciones, y qué mejor que el Roller Derby para convivir y sacar positivamente la energía.