El revuelo por el nacimiento del hijo del príncipe Guillermo y Catalina no logró acallar las voces del movimiento republicano que pide la instauración de un jefe de Estado, apoyado en la indignación por los gastos de la realeza y el reciente escándalo por la injerencia secreta de la monarquía en la definición de leyes que van desde temas educativos hasta aquellas que afecten sus intereses.

 

De acuerdo con un artículo publicado en 2012 por la BBC y titulado “Por qué los británicos aman la monarquía”, la proporción de quienes rechazan a la familia real se ha mantenido por debajo de 20% desde finales de los años 60.

 

Republic, un grupo de presión que en las últimas dos décadas ha demandado el fin de la monarquía, calcula que hay al menos 12 millones de republicanos a favor de que se ponga fin a una institución que se remonta al siglo XI en Inglaterra.

 

El hijo del príncipe Guillermo y Catalina, que se convertirá en el tercero en la línea de sucesión a la Corona británica, se da a sólo unos días de que la reina Isabel II de Inglaterra conmemoró sus 60 años en el trono. En este marco el grupo anti-monárquico anunció una campaña nacional para impulsar el nacimiento de una República del Reino Unido con el apoyo de varios parlamentarios, entre ellos varios laboristas y de la corriente liberal democrática.

 

Las voces que reclaman un sistema republicado utilizan a su favor los elevados costos de la realeza. En junio la Casa Real confirmó que el salario de Isabel II aumentará 5% luego de que el fondo Crown Estate, que genera sus ingresos, reportó un aumento de ganancias. El anunció ocurrió en medio de la peor crisis económica que afecta a Gran Bretaña desde la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).

 

Con ello, el salario de la soberana aumentará en 2014 de 36.1 millones de libras esterlinas (55.3 millones de dólares) a 37.89 millones de libras (58 millones de dólares).

 

Otro dato que alarma a los británicos es el gasto del gobierno británico para la monarquía, que aumentó en el último año fiscal en 900 mil libras esterlinas (1.37 millones de dólares) a 50.8 millones de dólares.

 

Funcionarios del Palacio de Buckingham, en el centro de Londres, confirmaron que los gastos oficiales de Isabel II aumentaron en casi un millón de libras para el período 2012-2013, comparado con los 12 meses previos.

 

Catalina y Guillermo eligieron la sala Lind Wing del hospital para el nacimiento, como había hecho la madre del príncipe, Lady Di, quien dio a luz a sus dos hijos en ese lugar. El bebé, primer nieto del príncipe Carlos, podrá reinar sea cual sea su sexo, gracias a cambios en la legislación aprobados por el Parlamento.

 

INJERENCIA REAL

 

Al descontento por los gastos de la realeza se suman los escándalos políticos en los que se han visto envueltos varios de sus miembros y que han mermado su popularidad.

 

A principios de julio la prensa británica dio a conocer que un tribunal británico bloqueo la publicación de 27 cartas que el príncipe Carlos envió a varios ministros hace nueve años príncipe o si tuvo injerencia en el gobierno, lo que pondría en duda la supuesta neutralidad política del heredero al trono.

 

Las cartas que el heredero a la corona británica envió a ministros durante 2004 y 2005 se mantendrán en secreto. La Corte Suprema en Londres dictaminó que el público no tiene derecho a leer los documentos que revelarían cómo el príncipe Carlos presuntamente interfirió en las decisiones de siete ministerios.

 

El caso fue abierto por el diario The Guardian en 2005, valiéndose de la ley de libertad de información, con la intención de demostrar que el heredero a la corona participa en la formación de políticas oficiales, a pesar de no poseer ningún cargo electo democráticamente.

 

En septiembre de 2012, un Tribunal de Libertad de Información dictaminó que se debía divulgar el contenido de las 27 cartas, en honor a la transparencia y al interés del público, pero el Fiscal General, Dominic Grieve, utilizó su poder de veto para impedir la divulgación.

 

Según publicó el mismo diario en enero pasado, los llamados “Papeles del Gobierno”, redactados por abogados de la oficina del primer ministro y dirigidos a los funcionarios encargados de elaborar nueva legislación, muestran cómo la reina y el heredero de la corona han condicionado decenas de leyes en las últimas décadas.

 

El documento detalla que la monarquía ha debido dar su aprobación a normas que abarcan la organización de la educación superior, la paga por paternidad, el cuidado infantil y el uso de documentos de identificación.

 

“Esto abrirá los ojos de aquellos que creen que la reina solo tiene un rol ceremonial”, consideró el diputado liberal-demócrata Andrew George.

 

No obstante, el descontento un sector mayoritario de la población acepta la excentricidad y extravagancia de la monarquía. Para algunos, la respuesta a la pregunta de cómo puede una democracia liberal justificar el poder y privilegio basado en el accidente del nacimiento, la respuesta es que constituye un símbolo de comunión nacional. (Con información de agencias)

 

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