En los últimos días se ha hecho patente el conflicto entre el grupo encabezado por René Bejarano y Miguel Ángel Mancera por las posiciones políticas en la Ciudad de México, en la Asamblea de Representantes, así como en el PRD de la capital. Las reseñas describen cómo poco a poco se está desplazando al grupo de Bejarano de la toma de decisiones. Sin embargo, en las calles de la Ciudad de México la influencia de este político sigue intacta y es ahí donde se dará la verdadera confrontación por el poder.

 

Las iniciativas de recuperación del espacio público propuestas por el jefe de Gobierno han encontrado resistencias en grupos sociales apoyados por intereses particulares. Tal es el caso de la entrada en vigor de los parquímetros en la colonia Condesa, donde los dueños de negocios y empresas de valet parking junto con líderes afines al grupo de Dolores Padierna movilizaron a vecinos para que no se apliquen los cobros por el uso de la calle a los vehículos. Así, en esta colonia tenemos a dos grupos con visiones muy distintas de lo que es el uso del espacio público y su usufructo económico.

 

Mancera propone una iniciativa probada internacionalmente, donde los cobros de los parquímetros sirvan para financiar proyectos en la colonia, y Bejarano está a favor del cobro de rentas poco transparentes a los usuarios de vehículos por usar la vía pública. Esta confrontación de proyectos es visible en la calle de Nuevo León, en donde coexisten los dos modelos. Ahí tenemos parquímetros de un lado de la calle, varias estaciones de ecobici, cámaras de seguridad de Red Ángel y mobiliario con anuncios que utilizan tecnología de LEDS. Esto contrasta con los puestos de ambulantes que reinan la calle en la noche.

 

El ambulantaje va desde puestos que ofrecen tacos al pastor, hot dogs y puestos de carnitas hasta piratería en camiones con estacionamiento fijo. Estos puestos, además de violar la Ley de establecimientos mercantiles, son una amenaza para la población y los transeúntes, ya que todos utilizan energía de manera clandestina. Los puestos de comida tienen tanques de gas portátiles que son un riesgo para la población y los puestos de ambulantes usan tomas clandestinas de electricidad.

 

Este esquema dual se ve en otras delegaciones como Iztapalapa, donde los nuevos proyectos de regeneración del espacio público pretenden convivir con los usos y costumbres poco transparentes de la demarcación. En la Miguel Hidalgo, el delegado Víctor Romo impulsa una política de movilidad por un lado pero tolera la apertura de un centro nocturno en contra esquina del Liceo Franco Mexicano. Las propuestas de Simón Levy titular de Calidad de Vida, Progreso y Desarrollo para la Ciudad de México S.A. de C.V. son muy buenas pero al carecer de transparencia abren flancos para ser criticadas y facilita la organización de coaliciones en contra.

 

El combatir el comercio ilegal y retomar las calles no es solamente un asunto político, es un asunto de seguridad. El avance del crimen organizado y su incursión en otros negocios hacen que la Ciudad de México sea una presa. Pero la organización del comercio ambulante agrupada a grupos políticos facilita su incursión, ya que la toma de control se puede hacer a nivel cupular y no puesto por puesto. Este fenómeno lo hemos visto en otros estados y para mayor referencia está lo sucedido en Ecatepec.

 

Las herramientas que ha seleccionado el Gobierno del DF son las correctas, pero la aplicación y transparencia con las que lleven a cabo sus programas será una pieza fundamental. Miguel Ángel Mancera ya ganó la batalla política, ahora tendrá que ganar batalla económica.

 

Posdata. La comunicación e información es un elemento clave para cualquier política de prevención. En el caso del volcán Popocatépetl se ha informado a la población de manera correcta y sin sobresaltos.