A dos años de su muerte, Amy Winehouse, la llamada diva del soul, afamada por su potente voz, es recordada.
Amy lo había advertido: quería entrar en el llamado ‘club de los 27’. Un selecto grupo integrado entre otros por Jim Morrison, Janis Joplin, Brian Jones, Jimmy Hendrix o Kurt Cobain en la que es condición ‘sine qua non’ vivir deprisa, morir joven y dejar un cadáver bien bonito. Y Amy cumplió todos los requisitos.
La cantante británica luchó con todas sus fuerzas contra su adicción a las drogas y al alcohol. Fue hallada muerta en su casa de Londres el 23 de julio de 2011. La diva plasmó su potente voz en dos álbumes, con los cuales obtuvo cinco premios Grammy.
Aunque todo apuntaba a que sus excesos pudieron con ella, su familia insiste en que los informes toxicológicos indican que no había substancias ilegales en su sangre. Las causas de su muerte son todavía un misterio.
En tanto, en su natal Londres, una muestra en su honor sobre su vida y obra se exhibe en el Museo Judío en el barrio Camden Town, muy cerca de donde murió la estrella británica. Junto con la familia Winehouse exponen objetos personales de la cantante, como ropa, su colección de discos y una veintena de fotografías.
En tanto, en Alemania, Fiona Lynch, representa a Amy durante un ensayo general de la obra “El club de los 27” en el teatro St. Pauli de Hamburgo este martes. La obra está dirigida por T. Gough y se representará el próximo 26 de julio.
Amy Jade Winehouse nació el 14 de septiembre de 1983 en los suburbios de Southgate, en el norte de Londres.
Cuando tenía 10 años, Winehouse fundó una banda de rap llamada Sweet “n” Sour. Luego, a los 12 años, acudió a la Escuela de Teatro de Sylvia Young, pero fue expulsada un año después por mal comportamiento y por hacerse un “piercing” en la nariz.
Fue gracias a su amigo y también cantante Tyler James, que la intérprete comenzó una carrera discográfica, cuando éste le dio un demo a un productor, ella tenía 16 años.