Funcionalidad, congruencia de formas y espacios, así como la definición de líneas y rutas eficaces y armónicas son los conceptos que rigen la composición del Rooster’s Bowl & Bar, reciente propuesta arquitectónica del Buró de Diseño Integral (Budic) en la ciudad de Morelia.
De acuerdo con el Arq. Fernando Pérez Vera, director de Budic, despacho con sede en la Ciudad de México, bajo la consigna de creación de un nuevo concepto de entretenimiento que integrara restaurante, bar, boliche, salas de juegos virtuales y billares, se organizó el programa funcional en bandas, en donde se insertaron diferentes hitos formales y programáticos. Estas “cápsulas” de programa se van ligando entre sí, creando diferentes ambientes.
“Este proyecto constituye un reto particular, ya que se trabajó de manera conjunta con el cliente en crear un programa funcional innovador del que existían pocos precedentes. Desde el principio se buscó generar espacios de reunión que pudieran vivir del ambiente del boliche, pero sin que fueran afectados por el ruido. Para ello se utilizó la celosía, con el fin de articular todos estos programas sin necesidad de separarlos por completo”, precisa Pérez Vera, quien trabajó con Zaha Hadid, reconocida con el Premio Pritzker.
Pérez Vera destaca que, como en un paisaje, las superficies arquitectónicas son continuas, aunque en algunos casos se abren y permiten generar diferentes relaciones visuales. La superficie elegida para lograr estas relaciones visuales fue la de dos grandes celosías de más de 800 m2 que dividen e integran al mismo tiempo los diferentes ambientes del proyecto.
“A esta gran celosía se le van anexando algunos elementos distintivos como las salas virtuales o las conchas de madera que van generando diferentes paquetes de programa con sus propios ambientes. De esta manera, el proyecto sólo puede ser comprendido a través de múltiples perspectivas. Insisto, como un paisaje.
“Por otro lado, a diferencia de los boliches tradicionales se evitaron grandes espacios monofuncionales ya que estos hubieran impedido la interacción y hubieran resultado en un solo programa, predominando sobre los demás”.
Agrega: “Los espacios monofuncionales alejan a un público diverso y sólo atraen a un pequeño grupo de aficionados que, en este caso, no harían sustentable el proyecto. Así, los espacios fueron concebidos con la flexibilidad que requiere un pequeño grupo de amigos que se desea reunir en privado, como un evento de mayor tiempo”.
TODO ES ESPECIAL
Pérez Vera subraya que visualizado como un destino desde un principio, el paisaje propuesto busca generar interacciones y múltiples experiencias. Dichas interacciones se concretan en espacios diferenciados entre sí por la experiencia que brindan y su relación con el entorno inmediato. Desde una terraza con la vista de la ciudad, hasta una sala de virtual que requiere el aislamiento necesario para no perder la concentración de un videojuego.
“La propuesta de diseño, como es nuestra filosofía de trabajo, está lejos de formularse como idea preconcebida. Se basa en la investigación profunda y diagramática de las necesidades del cliente y las circunstancias económicas, sociales y urbanas del proyecto, cualquiera que sea su escala.
“En ese sentido, buscamos trabajar entre las articulaciones de diferentes ámbitos: entre el espacio doméstico y urbano; entre la función y la forma; entre el espacio gráfico y el tridimensional; entre lo público y lo privado, evitando de esta manera dicotomías estériles”, indica.